Capitulo 10

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Parte II

- ¿Estás bien, Briana? – Me dice Fernando.

Siento que me dicen a lo lejos, aún no puedo recordar nada en absoluto, intentó recobrar la compostura para por fin preguntar que fue lo que paso.

-¿Qué paso, Fernando? – Le digo todavía intentando recobrar el sentido.

-Necesito llevarte a un hospital a que te revisen – Me dice.

-Fernando, estoy bien solo fue un golpe en la cabeza – Le digo mientras me toco y no siento absolutamente nada de sangre, solo un bulto, que sé que pronto tendré una hinchazón del demonio.

Respiro poco a poco, y veo como Nate sale de la cocina:

-¿Estás bien, Nate? ¿Te hicieron daño? – Le pregunto aterrorizada.

-Estoy perfecto, Briana, sólo tengo algunos golpes nada demasiado grave, solo tengo una duda es muy raro que nos roben, hace más de dos años que no pasaba algo así – Me dice.

Y con eso me da a entender que algo está mal. ¿Pero quién podría haber hecho esta barbaridad? No creo que sea Mark, hace meses que no tengo noticias de él. 

Intentó ocultar mis sentimientos y seguir ayudando a Fernando con el desastre que el pequeño pero estúpido ladrón dejo. Maldito bastardo, ¿Qué necesidad hay de robar? Aún no la entiendo.

Supongo que es por necesidad, pero hay trabajos honestos y mejor pagados, ¿Por qué la gente se empeña en quitar algo a alguien que le ha costado bastante esfuerzo recolectar o comprar? Siempre he pensado que la sociedad es así por una cosa, la falta de trabajos y el sueldo de hoy en día.

Mientras sigo pensando, recojo los platos y vasos rotos, mientras que recuerdo las balas y volteo hacia el techo, tres pequeños agujeros se encuentras en este. Pobre Fernando, todo lo que tendrá que gastar para dejar este sitio como estaba.

Y eso que le acaban de robar, acaba de perder bastante dinero, de verdad que me siento enojada, porque no puedo hacer nada al respecto, son hombres mucho más fuertes que yo.

Y lo digo porque es cierto, no tengo la fuerza o el pensamiento para decir: "Ya basta, ¿Quieres pelea, mi amigo?". Soy una mujer muy delgada, me matarían en cuestión de segundos.

Escuchó como las sirenas de los policías (Lo cual llegan media hora más tarde), se estacionan aquí enfrente del local y entran como si estuvieran en su casa:

-¿Se encuentra todo bien aquí? – Pregunta una mujer uniformada.

-Bastante Julia, pero hemos perdido bastante dinero y sufrido desperfectos – Le dice Fernando.

-¿Por qué tardaron tanto en llegar? – Les preguntó.

-Tenemos más casos que atender – Me contesta cortante.

-¿Acaso no hay más personal? – Insisto.

-¿Y tú quién te crees?

-Una chica que acaba de ser golpeada por intentar defender el local, esa alarma sonó hace media hora, y ustedes apenas acaban de llegar – Les digo sin faltarles al respeto.

-Lo lamento por ser tan débil, pero si me disculpa, este caso se abrirá para ver si podemos encontrar los ladrones, con permiso – Dice la mujer.

Y miró como se marcha con la cara en alto, como diablos pueden hacer eso, no ayudaron en nada. Notó como Nate se me queda viendo con cara de perro atropellado:

-¿Qué? – Le digo enfurecida.

-Tranquila, recuerda que yo también estuve en el robo – Me dice levantando las manos en son de paz.

-¿Y? De verdad que la policía de aquí es un asco – Gritó a los cuatro vientos.

Voy hacia el área de descanso a recoger mis cosas ya para marcharnos, Fernando nos dijo que el día de mañana nos tendremos que reportar más temprano, para ayudarlo con la nueva mercancía que llegara, y por supuesto hacer que este lugar se vea igual de lindo que antes.

Dejo mi delantal en el casillero y tomó mi bolsa, para después salir por la puerta del personal y esperar a Nate que termine de hablar con Fernando.

Pasaron como diez minutos y siento vibrar algo en mi bolsa, -Que raro yo no tengo celular -  Me digo a mi misma.

Intentó revolotear en mi bolsa y tengo en mis manos un celular Nokia, de los viejos los cuales solo puedes recibir llamadas y mensajes. ¿Quién rayos pondría uno en mi bolsa? ¿Tal vez se equivocarían?

Veo el remitente del mensaje y solo dice "Privado", ¿Alguien estará jugándome una broma?

No alcanzó a leer el mensaje cuando Nate sale, y yo guardó el celular rápidamente para que no sospeche:

-¿Lista, Bri? – Me dice Nate.

-¿Bri? – Le preguntó levantando una ceja.

-¿No te gusta?

-Claro – Le digo mientras comenzamos a caminar.

-¿Cómo te sientes? – Me pregunta un poco preocupado.

-Me siento cansada y agotada mentalmente, algo así jamás me había pasado, si que tengo mala suerte – Le digo riendo.

-¿Qué? No tienes mala suerte, me encontraste a mí – Me dice guiñando un ojo.

Eso sólo hace que ría y golpee su hombro, vaya que si es egocéntrico.

Llegamos de nuevo al carro y veo como Nate lo abre sin esforzarse tanto, creo que el carro nos vio cansados y decidió no hacerse el pesado. ¿Qué tipo de tontería estoy pensando?

Y nos adentramos al camino, para por fin regresar a casa y descansar de toda esa basura.

Llegamos frente a casa y observó como Nate apaga el motor y me dice:

-Espero que de verdad estés bien – Me dice acariciando mi mejilla.

Lo cual provoca que tome su mano y la aparte rápidamente, no puede pasarnos esto, él no debe enamorarse de alguien como yo, con ese pasado tan oscuro, prefiero mantener las distancias y simplemente decir:

-Buenas Noches, Nate – Bajo del carro y entró a mi casa sin voltear atrás.

Escuchó como el motor después de cinco minutos se enciende y se va rápidamente, rechinando las llantas, ¿Otro loco? Ya no tengo ni idea.

Tal y como estoy me lanzó a mi cama y duermo como un bebé, pero en ese momento recuerdo el celular y me levantó para revisar el mensaje.

Abro la bandeja de "Mensajes Recibidos", y veo el de privado, decido abrirlo y solo contiene las palabras: "Te encontré".

¿Será Mark? ¿Algún nuevo acosador? No quiero ni pensarlo borro ese mensaje y boto el celular a la basura, no sin antes apagarlo, de verdad que no quiero más dramas en mi vida.

Nate.

Un chico romántico y bastante peculiar para mi gusto, ¡BASTA!, deja de pensar esas cosas de tu amigo, Becca, perdón Briana.

-Qué nos pasó, Mark.

¿Y en donde están mis alas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora