Capitulo 8

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*** 3 meses después***


- Pedido para la mesa ocho – Gritó para la cocina.

Mientras tomó la orden de la mesa tres, y la llevó al cliente.

- Aquí está el pedido, provecho – Les digo.

- Muchas gracias – Me dice la familia.

Me alejó poco a poco, y observo como la familia ríe y juega, hablando de cosas al azar. Aún me pregunto: ¿Por qué me tocó esta vida? No hay día en que no deje de pensar en Toby y Mark. Fueron una parte muy importante en mi vida, y quisiera vivir como los sueños que tengo frecuentemente.

- BRIANA – Escuchó que gritan a lo lejos.

Despierto de mi ensoñación y caminó rápido hasta la cocina para recoger los demás pedidos.

- Nate, ¿Dónde está el pedido de la mesa ocho? – Le preguntó.

- Está en la barra, junto con el pedido siete – Me grita mientras veo como fríe unas papas.

Me acercó a la barra y efectivamente veo los pedidos, los tomo y los llevó a sus clientes.

Llegó con una pareja y dejo sobre la mesa dos platos de Espagueti:

- Aquí está el pedido, provecho – Le digo a la linda pareja.

- Muchas gracias, ¿Briana? – Me dice la chica.

- No es nada – Le muestro mi mejor sonrisa y me voy.

Me dirijo a la mesa ocho y veo a otra familia riendo y hablando de cosas sin sentido:

- Aquí está el pedido, provecho – Les digo sonriendo.

- Muchas gracias, nena – Escuchó que dice el chico mayor de la familia.

- Brandon – Lo regaña su madre.

- Tranquila madre, a las meseras les gusta – Dice el muy idiota.

- Paso a retirarme – Es lo único que consigo decir, mientras escuchó como él se ríe a carcajadas, mientras su madre está con la cara roja.

Estos chicos con las hormonas adelantadas, ¿Qué diablos les pasan? Ya ni siquiera pueden respetar a sus mayores y mucho menos a la gente que les ofrece un servicio como llevarles la comida.

Voy hacia la cocina a revisar si hay más pedidos, mientras caminó observó a mi alrededor y hay una armonía, una vibra que me hace sentir paz. Estos meses de trabajo duro, he conseguido una casa en renta que se acomoda a mi presupuesto, y claro compró muebles poco a poco. Nate es muy amable y él me trae al trabajo y me lleva a casa al fin de mi turno, puedo decir que es el mejor chico que he conocido hasta ahora: -Eso mismo pensabas de Mark – Me dice mi conciencia.

Creo que ya había tardado en aparecer, veo como el grupo de amigos de la mesa cuatro se retira y he decidido ir a limpiar la mesa, aunque no sea mi trabajo. Por lo pronto no se encuentra ningún pedido que llevar.

Recojo los platos, vasos y servilletas y los pongo en la bandeja que traje consigo, mientras que con un trapo húmedo limpio las manchas de la mesa, las cuales no son muchas. 

Poco a poco el local se va vaciando y es hora de cerrar, otro día lleno de clientes. Me voy al área de trabajo para recoger de mi casillero mis pertenencias y dejar el delantal colgado en mi casillero. Tomo mi bolsa y cierro el casillero con llave, y salgo por la puerta para personal, esperaré a Nate aquí afuera.

¿Cómo le hace la gente normal para dejar de pensar un poco las cosas? Siento que todo lo pienso demasiado, perder un hijo es bastante doloroso, y es más doloroso que tu esposo haya recurrido a la bebida que a ti. Mark y yo después del accidente los alejamos tanto, él a veces no volvía a casa, se quedaba en Dios sabe dónde.

¿Y en donde están mis alas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora