25. La felicidad dentro de la ignorancia.

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¡Hola! Yo sé, yo sé, tengo mucho sin subir, y es que realmente lo que pasó fue que la flojera me ganaba y cuando veía la hoja de word esperando por mí simplemente no quería, y cuando realmente quería escribir, no podía.

Ya ven, las ironías de la vida.

En fin, no los entretengo más. Es un capítulo corto, pero revelador, como las mini faldas, ¿entienden? Jaja jeje.


                                                                             ***

Desbloqueé la pantalla de mi celular, con una mano temblando y la otra sosteniendo la ropa sin poner que apenas me cubría. Mis pies estaban congelándose, pero estaba segura de que esa no era la razón por las que mis piernas se sacudían sin control, siendo la puerta que tenía contra mi espalda lo único que evitaba que me derrumbara.

Retazos de imágenes de la noche anterior abordaron mi cerebro en un borrón confuso, mientras hacía todo lo posible por mantener la comida y jugos gástricos dentro de mi estómago.

Desbloqueé la pantalla de mi celular y llamé a mi mejor amiga sin siquiera dedicarme más de dos segundos en cavilar, sentía que dada la situación, era probablemente la única persona en el mundo que podría ayudarme.

Aguardé con miles de pensamientos desastrosos rondando por mi cabeza, no muy segura de que mi cordura siguiera intacta si mi amiga no respondía mi llamada, sin embargo, para mi sorpresa, sonó apenas una vez cuando la voz de Angelina repiqueteó del otro lado de la línea.

—¿Gisselle? ¿Estás bien? ¿Qué pasa? —Su voz delataba que recién se había levantado, pero incluso así, un tono de urgencia se había impregnado, y por un segundo imaginé que ella sabía lo que había sucedido.

Por un segundo, esperanza de que Angelina pudiera explicarme qué hacía ahí me alivió.

Batallé para encontrar mi voz, pero se encontraba enterrada en mi garganta, débil y temerosa.

—¿C... cómo...?

—Tú no llamarías a las seis de la mañana si no se tratara de algo grave —me explicó sin necesidad de que terminara de formular mi pregunta—. ¡Gisselle, por favor, contesta! ¿Estás bien?

Mi respiración se volvió pesada y mis hombros empezaron a sacudirse al tiempo en grandes gotas saladas empezaron a rodar por mis ojos, una tras otra sin detenerse. Más imágenes de la noche anterior se revelaron en mi mente, pero no conseguía conectar ninguna de ellas con el hecho de haberme despertado, desnuda, en la cama de un desconocido.

Estaba tan arrepentida, que una parte de mí no estaba segura de querer recordar lo que había pasado.

—¿Gi...? —El tono de voz de Angelina se ablandó y se volvió más precavido, debía haber adivinado que estaba llorando.

—Cre... creo que dormí con alguien —susurré.

Mi amiga se quedó callada un par de segundos, segundos en los que creí que realmente estuve a punto de volverme loca.

—¿Dormir cómo..., bueno...? —vaciló, y el no recibir una respuesta de mi parte, sirvió perfectamente como mensaje-. Oh.

» ¿Con quién?

—No sé —balbuceé, tratando de colocarme la ropa que había encontrado en el suelo.

—¡¿Con un desconocido?!

Locos y enamorados (EDUI #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora