Sí, sé que demoré mucho, pero cuando les digo que la semana pasada fue la peor de mi vida..., es porque la semana pasada fue la peor de mi vida. xD
En fin, perdonen a esta desgraciada alma solitaria, y disfruten del corto capítulo. <3
***
Reprimir el impulso asesino que controlaba cada parte de mi ser era quizás lo más difícil que había hecho en mi vida.
Para empezar, el discurso sobre porqué fumar es malo de la señorita Coll no había ayudado en lo absoluto, sobre todo cuando llegué a cansarme de repetirle que yo ni siquiera le había dado una inhalación al cigarrillo.
Pero no, ella había creído más en el alumno de medio nuevo ingreso Zachary Doe.
Medio nuevo ingreso porque, según la señorita Coll, él había llegado justo en la semana que yo había faltado por estar enferma.
Por último y para rematar con aquella pésima mañana, todo aquel embrollo que se armó sirvió para nada. Al final la sub-directora me dejó ir sin más, advirtiéndome —amenazándome— con restarle 50 puntos a la generación en caso de que me volvieran a descubrir fumando en cualquier área de la institución.
Descansen en paz los intentos de Gisselle por fumar.
Amén.
Ahora, con los puños cerrados y la mandíbula rígida, me dirigía a paso veloz hacia el comedor, donde mis amigos y un delicioso desayuno me esperaban.
Todo mi cuerpo estaba endurecido por el coraje que me producía pensar en que Zachary se había salido con las suyas. Y, definitivamente, en caso de que su estúpida cara bonita se me pusiera en frente otra vez, mi puño se encargaría de que su estúpida cara quedara ya no tan bonita.
Llegué a las puertas de madera, desde donde ya se escuchaba todo el bullicio típico de todos los días y las abrí de un violento empujón.
Ante mis ojos se encontraba el comedor, de amplias paredes de cristal y coloridas columnas modernas, mesas sofisticadas y lo mejor: manadas de adolescentes hormonales, la mayoría de ellos muy adinerados y muy idiotas.
Caminé a paso veloz hasta llegar a mi mesa, que era de las que estaban en el centro, ni muy lejos ni muy cerca de nadie en especial.
—¿Guardaste mi comida? —le pregunté a Eleazar en cuanto llegué.
Él, junto con el resto de los integrantes de la mesa levantó la vista hacia mí.
Sentí un profundo alivio en cuanto mi amigo me hizo un gesto afirmativo con la mano, y me senté para poder empezar a comer.
—¿Es cierto que te encontraron teniendo sexo con Zachary en la azotea? —me preguntó Nora Martin, inclinándose hacia mí, con sus ojos grises brillando de curiosidad, como siempre que se hablaba de chismes.
Yo sólo necesité una mirada para dejarle claro que no.
—Bueno, eso oímos —se disculpó, volviendo a colocar su enorme trasero en el asiento, mientras empezaba a jugar con su lacio y perfecto cabello pelirrojo.
—Tan sutil como siempre, Nora —agregó Jason Silver, el amor platónico de mi vida.
Si algún día se preguntaban qué se necesitaba para ser el amor platónico de Gisselle Cleveland, la respuesta era sencilla: ser Jason Silver.
Tenía una piel oscura envidiable, una sonrisa de comercial dentífrico perfecta, los ojos verdes más bellos en el universo, era dulce, inteligente, gracioso y… tenía una novia dolorosamente linda en todos los aspectos, casi tanto como él.
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Locos y enamorados (EDUI #2)
Teen FictionSegunda parte de Enamorada de un idiota. Han pasado meses desde que Giselle salió del campamento, y ahora de regreso en Los Ángeles lleva una vida adolescente completamente normal... o casi. Ha conseguido superar al idiota del que se enamoró... o ca...