¡Hola chicos! Yo sé que quedé desde ayer de subirles un capítulo, pero justo el día anterior a hoy tuve un montón de cosas que hacer y no estuve en mi casa casi todo el día, y cuando llegué no me sentía nada bien de salud, por lo que prender la lap era lo último que se me antojaba en ese momento.
Y hoy me tardé porque quería regalarles la imagen de arriba en este capítulo. Es una ficha de Gi, inspirada en las imágenes de "Meet the artist". Espero les guste <3
También les quería pedir el favor de que si a ustedes les gusta el mundo bloggero, les gusta leer reseñas, booktags, top ten y demás, se pasen por mi blog: Heredera de tinta y letras. Ya tengo varias reseñas y otras cosillas, así que si les interesa, por favor, por favor dense una vuelta. c: (link en el primer comentario)
Sin más, espero disfruten el capítulo.
***
La Gisselle en el espejo me devuelve una mirada indecisa entre la emoción y el miedo. Sonrío hacia mi reflejo, tratando de infundirme la valentía y confianza que no encuentro.
Observo el resultado del arduo trabajo de cuatro horas seguidas con detenimiento. En mi rostro no hay rastro alguno de imperfecciones, mi tono ahora es parejo y tanto las ojeras como las pecas y manchas de sol quedaron sepultadas bajo una capa de líquido dorado. Mis ojos se ven más grandes; mis pestañas, más largas. Mis pómulos lucen altos y sonrojados y mis labios se ven más carnosos de lo que realmente son.
Después de cuatro «makeup tutorials» y seis «hairstyle tutorials», esto es lo que pude conseguir.
Y aunque mi reflejo luce atractivo, mi mente no para de lamentarse. Porque probablemente ni luciendo así podré hacer que Paul me perdone, ni luciendo como una diosa caída del Olimpo podría arreglar el hecho de que merezco su enfado y su ira.
Mis piernas se sienten temblorosas y por cuarta ocasión termino de cuclillas y con la cabeza entre mis rodillas.
—Calmáte, Gisselle, todo va a estar bien —me digo en tono reconfortante—. Eres fuerte, eres poderosa, eres la chica más sexy sobre el planeta y hablar sola no tiene nada malo, ¿cierto? Cierto.
Me doy unas palmaditas en el hombro, y aunque suene poco probable, me siento ligeramente mejor.
Me pongo de pie y por un segundo me tambaleo a causa de los horribles tacones, que si bien no son muy altos, son lo suficientemente incómodos para considerarse uno de los métodos de tortura vigentes.
Salgo de mi habitación sin molestarme en no hacer ruido. Mi padre dejó la casa por un viaje de negocios en Tokio y no regresará hasta dentro de tres días, y aunque estuviera aquí, mi castigo no incluye no poder salir. En realidad, él había utilizado las palabras «haz lo que quieras», claro, siempre y cuando lo hiciera con mis propios medios y dinero, lo cual era casi lo mismo que decirme que estaba bajo confinamiento.
Si podía asistir al baile sólo era gracias a mis amigos.
Cuando voy por el último escalón me encuentro con mi ama de llaves, Milena, quien se encuentra cargando un montón de cosas de un lado a otro. Se detiene apenas un segundo para evaluarme, y creo advertir una sonrisa de aprobación en sus labios antes de que siga con su camino.
Avanzo hasta la entrada y me detengo porque me doy cuenta de que he dejado de respirar. Tomo bocanadas de aire como un pez fuera del agua y quiero gritar de frustración.
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Locos y enamorados (EDUI #2)
Ficção AdolescenteSegunda parte de Enamorada de un idiota. Han pasado meses desde que Giselle salió del campamento, y ahora de regreso en Los Ángeles lleva una vida adolescente completamente normal... o casi. Ha conseguido superar al idiota del que se enamoró... o ca...