En busca de tus sentimientos

Comodín

Siempre era lo mismo en las clases. Cada vez que el profesor daba un examen, Mello sacaba un punto menos que Near. Near no se inmutaba en cuando a las amenazas del rubio, Matt soportaba las quejas de este y Mello siempre se enfurecía.
Eso era lo que hacía que el día se llamase así para ellos.
Matt era muy gentil con Near, Near era distante ante eso pero Mello tenía que aguantarlo ya que Near se había convertido en un amigo casi igual de intimo que él para Matt. Tenía que admitir que estaba un poco celoso pero era su único amigo y no quería perderlo gracias a sus impulsos.
Near comía solo siempre pero a Matt le dio pena eso y lo invitaron a comer en su mesa. Una mala suerte para Mello quien tenía que ver al Copito cada almuerzo.
En cuanto a la meta de Mello, no avanzó ni un poco. Near sólo sonreía para él y no sabía el por qué de eso. Ni siquiera a Matt le sonreía como lo hace, la única vez fue cuando se presentaron. Aunque, Mello juraba que le había sonreído a él pero no quería creerlo.
Misa le rogaba a su hermano conocer al albino pero este se negaba y decía un simple: "VETE AL DEMONIO!" cuando había perdido la paciencia.
En ese momento, la campana sonó. Los alumnos casi gritando de la emoción, salieron en dirección a su hogares. Todos ya se habían ido...todos menos un rubio y un albino.

-Mello- llamó este captando la atención del mayor- te daré un "comodín"

-¿un qué?- preguntó confundido.

-ya han pasado tres días y me estoy aburriendo- replicó con un suspiro cansado- ¿quieres averiguar de mis sentimientos o no?

-¡SI! ¡SI QUIERO!- exclamó Mello.

-bueno, el comodín será que me acompañes a casa y sepas un poco más de mi vida.

-je, claro. Espero que no te arrepientas.

-¿por qué he de hacerlo?

-porque puede que descubra algo.

-lo dudo. Como sea, vámonos.

Tomaron sus cosas y salieron.
Mello le mandó un mensaje a su hermana que llegaría tarde a casa.
Ya habían pasado unos minutos de viaje. No habían hablado en todo el camino. Eso incomodaba a Mello, en cambio, a Near no pareció importarle en lo más mínimo. Hasta parecía agradarle.
Mello no aguantó más y rompió el hielo.

-entonces...¿dime algo que te guste? ¿tienes un vicio como Matt con los videojuegos?- preguntó.

-me gusta hacer torres de cartas.

-apuesto que te vencería.

-no lo creo. Sólo si tienes mucha paciencia, lo cual no tienes, eres capaz de hacer una.

-¡TÚ NO ME CONOCES! ¡QUIZÁS TENGAS EL CI MÁS ALTO PERO NO CONOCES NADA SOBRE MÍ!

Near paró en seco. Mello se asustó un poco al ver su mirada...Parecía tener algo de decepción.

-si, si sé sobre ti. Lo que más te gusta es el chocolate, te gusta vestir de negro, el rosario que siempre llevas era de tus padres antes de divorciarse, tu hermana mayor es la famosa Misa Amane, tu único amigo en el mundo es Matt y hay muchas cosas más pero, debo suponer, que ya he probado algo al decir lo anterior. ¿me equivoco?

Mello se quedó quieto como una estatua. ¿Cómo lo supo? ¿estuvo investigando? ¡¿ERA UN ACOSADOR?!

-¡¿CÓMO SABES ESO?! ¡NUNCA TE LO DIJE! Espera, ¡¿FUE EL PERRO?!

-uno: no, no fue Matt. Dos: si, nunca lo dijiste y, tercero: no te lo diré.

-¡¿QUE?! ¡¿SABES QUE CON LO QUE ME DIJISTE PUEDO SUPONER QUE ERES UN ACOSADOR?!

Near volteó quedando a unos centímetros del rubio, el cual se sonrojó.

-lo sé. Pero no soy un acosador.- dijo el albino.