Atrapando esperanzas.

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Nueve días han pasado, Emily no sale de su habitación, al parecer ha recordado un viejo amor, el primero de todos, según su imaginación Alan tiene el mismo rostro y cuerpo que él, por eso después de haberle besado tuvo que detenerse.
Por otra parte, Alan sigue insistiendo en encontrarse con Lucia, quien no contesta las llamadas ni responde a él cuando golpea su puerta, lo que Alan no sabía es que Franck y Lucia se la han pasado juntos una semana entera encerrados en aquella casa, sin salir a ver el sol, simplemente han estado los dos, sólo ellos ahogándose en su propio amor y deseo, y aunque Emily estuviese allí, no les importaba, ellos eran verdaderamente felices en ese instante, para ellos no habían más personas, no necesitaban a nadie más, sólo se necesitaban el uno a el otro.

Después de esa semana, Emily vuelve al colegio, Alan se acerca inmediatamente a ella y lo primero que hace es preguntar sobre Lucia, Emily se queda viendo su rostro y sale sonrojada sin pensar en nada más. Alan cree que ella aún debe estar conmocionada por el beso, así que después de un rato se le acerca y dice:

-Oye, siento lo que sucedió en ese momento, también fue mi culpa por haberme dejado llevar, pero dime, ¿sabes algo de Lucia?

-Ah, tranquilo… realmente no pienses en ello, fue mi culpa por no poder sacarte de mi cabeza, y con respecto a Lucia… ella está bien, no te preocupes por eso, mejor preocupate por tu hermano, que al parecer hace mucho que no está en tu casa. Responde Emily.

-¿Tu cómo sabes eso?, él ha dicho que yo sería el unico que sabría que se iría con unos amigos por unas semanas… Pregunta Alan un poco sorprendido.

-¿Cómo se puede ser tan tonto y ciego? Dice Emily mientras se aleja de ese lugar.

Alan en ese momento le agarra del brazo y le dice que por favor espere, que tienen que hablar sobre la expedición y sobre muchas más cosas…

-Haz lo que quieras. Responde Emily furiosa y se marcha de allí.

Dos semanas han transcurrido, Alan extraña a Lucia más que nunca, pero Lucia se divierte como jamás lo ha hecho, así que no le ha de importar el tiempo que haya que olvidarlo.
El día de la expedición llegó, Emily y Alan están listos y se marchan, sin embargo Alan no puede creer que se irá sin despedirse de Lucia.

Al llegar a las cuevas, el profesor avisa sobre el peligro de perderse, así que será crucial llevar todo lo necesario para sobrevivir unos días allí dentro.

-*Mañana iremos a la cueva más grande de éste lugar, dicen que muchos han entrado sin poder salir, así que iremos con muchos buenos exploradores y andaremos en grupos grandes, hoy ya es demasiado tarde así que diríjanse con sus respectivas parejas a conocer el lugar* Informa el profesor.

Emily sale sin previo aviso y deja a Alan con las cosas hechas un desorden, Alan al ver esto sale tras ella.

-¿Qué te pasa? No corras de mí cada vez que me ves. Dice Alan agresivamente mientras persigue rápidamente a Emily.

-No me pasa nada, sólo que no estoy feliz estando junto a alguien tan idiota como para no notar lo que sucede a su alrededor. Responde Emily y corre.

Sin darse cuenta han acabado en lo profundo de una cueva, se han detenido porque la oscuridad atemorizaba a Emily.

-¿Estás bien? ¿Por qué nos hemos detenido? Pregunta Alan exhausto de tanto correr tras ella.

-Es que… siempre he odiado no poder ver, siempre he odiado la horrible oscuridad. Responde Emily e inmediatamente toma del pecho a Alan.

Alan se sienta y hace que ella se siente a su lado mientras acaricia su cabeza diciendo que todo estará bien.

-¿Por qué eres tan ciego y no notas lo que pasa? Pregunta Emily con un tono seco y triste.

-¿Crees que no notaría lo enamorada que te encuentras de mí? Dice Alan mientras le hace callar de vergüenza.

-Ven, salgamos de aquí y hablemos de esto en la tienda que ya he preparado… Asegura Alan mientras se levanta y le toma de la mano.

Al salir de la cueva, se dirijen hacia la tienda de dormir, Alan ha acomodado sólo una cama, Emily se asusta y pregunta:

-¿Por qué sólo hay una cama? ¿No quieres que duerma aquí?

-No es eso, es que… esta noche no quiero dormir. Dice Alan mientras le tira sobre las sabanas y empieza a besarle y desnudarle.

Emily por un segundo se siente conmovida y de sus ojos caen nuevamente lágrimas, pero ahora sólo los cierra mientras deja que Alan le siga desnudando y dice:

-Te amo mi amor, no me abandones de nuevo, ya sabes que si fuese un gato, daría doce vidas por tí.

Alan en ese instante se vuelve un loco completo, desnuda totalmente a Emily y luego el hace lo mismo, ahora empieza a besar cada parte de su cuerpo mientras repite una y otra vez un "no te dejaré jamás mi vida".

Esa noche ambos olvidaron de donde venían, quienes eran y que debían hacer, esa noche no eran más que dos desconocido ficticiamente cercanos, que disfrutaban del papel que se daban.

Sentimientos inundados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora