Cap 3

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-Nathan.

-P-pues bueno, Nathan.

Acerqué una mano para ponerla sobre la suya apenas tocándolo cuando vi que alejó la suya. Por lo cual entendí que no quería que lo tocará, y alejé la mano.

-T-también me atraes.

Mis mejillas se tornaron rojas, me sentía estúpida por alguna razón, entonces hice lo mismo de siempre cuando me sentía así (la mayoría del tiempo): Baje la mirada a mis manos. Pasaron los segundos y solo se escuchaba el viento correr por al auditorio. Ni una palabra, ni un sonido, ni nada.

Entonces, de la nada, se acercó a mi, puso el dedo indice, y el anular bajo mi barbilla y me alzó la cabeza, para intentar que lo mirase a los ojos. Esto no duró mas de tres segundos, pues baje de nuevo la cabeza. Esta vez se acercó aun mas a mi, puso una mano en mi mejilla, y luego la movió a mi cuello. De a poco comenzó a acercarme a el. Continuo acercándose mas, y mas, y mas a mi. No hablaba, no había ni un ruido. Yo no decía nada, por miedo a que el se molestara conmigo y me golpeara.

Centímetros. Eso era lo que faltaba para que nuestros labios. Entonces, cerré los ojos, y me alejé unos centímetros. Inmediatamente Nathan me soltó, se alejó de mi hasta dejar casi 30 centímetros entre nosotros y dijo.

-Lo siento, no te pregunte. ¿Quieres que te besé?

-Pues, no importa l-lo que yo quiera. Si quieres b-besarme p-puedes hacerlo.

-¿Qué? ¿De qué hablas? Claro que importa lo que quieras, no haré algo que no quieras.

-¿E-en serio?

-Claro, dime... ¿Quieres que te besé?

-Pues... Y-yo nunca he besado a alguien.

-Entiendo, esperaré entonces.

-G-gracias por entender, y, lo siento.

-¿Por qué lo sientes? ¿Por no querer hacer algo? No tienes por que disculparte por eso.

-G-gracias.

Nathan me tomó de la mano, me ayudo a levantarme y me guió al sillón donde estábamos antes de que Mason llegara. Me senté junto a la orilla del sillón, crucé las piernas y comencé a jugar con ellas mientras las miraba.

-¿Por qué no me miras?

-Ammm... Y-yo.

-No tienes que responder si no quieres.

-No se como explicarlo, me haces sentir pequeña, como si fuese insignificante, me intimidas.

-¿De qué hablas?

-Por e-eso no puedo mirarte a los ojos.

-¿Solo es por eso?-

-P-puede que también me des algo de m-miedo.

-¿Qué?

-N-nada.

¿Por qué estaba hablando tanto? El no me dio permiso de hacerlo. Por alguna razón olvide que no debo hablar sin permiso, la ultima vez que lo hie tuve moretones y raspones por todas las piernas, y el estomago durante mas de una semana. Por alguna razón lo había olvidado con Nathan.

-¿Me tienes miedo?

-Ammm... Y-yo.

Estaba demasiado nerviosa como para hablar. ¿Y si la había cagado? ¿Y si había provocado que me dejaran moretones en el estomago de nuevo? Baje la mirada a modo de rendición. Mis manos temblaban mas de lo usual, temblaban tanto como la primer semana que Mason me golpeó, la peor semana. Fue la peor por que en ese entonces yo pensaba que podía defenderme (cosa que nunca pude hacer) y eso hacía que el me golpeara mas.

-Por favor, dime la verdad.

-P-pues, si te tengo algo de m-miedo.

-¿Por qué?

Al preguntar alzó levemente la voz, haciendo que (con mi traumatismo) me estremeciera, y me alejara al tiempo que un sudor helado me recorría la espalda completa. Choqué contra el respaldo del sillón, evitando que me alejara mas, o que cayera al piso. Volví a mi posición inicial, aun que ahora mas lejos de Nathan, y baje la cabeza.

-Ay, ammmm... Disculpa, no quise asustarle. Me imagino que debes estar tramada por todo lo que el imbécil de Mason te ha hecho, lamento haberte asustado.

-N-no hay ningún problema... N-no fue nada.

-Hey, quiero que sepas que yo no haría algo que te lastimara de ninguna forma, jamas lo haría.

Silencio. Esa fue mi respuesta, el silencio. No sabía que hacer. ¿Debía correr o quedarme? ¿Debía decirle que se largara y no me hablara jamas, o que se quede y nunca me deje sola de nuevo? ¿Por qué me cuesta tanto decidir?

-Tienes algo?

Salvada? [EDITANDO] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora