Cap 8

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-Un poco.

-Ven.

-¿A donde?

-A mi cuarto, vamos a dormir.

Se levanto y me tomó de la muñeca y me guió a mi cuarto y me dejo junto a la cama. Sacó diferentes tipos de colchas, y sabanas y comenzó a acomodarlas en el piso para hacerlo mas suave, obviamente para durmiera en ellas. Después colocó una almohada sobre las cobijas y salió del cuarto. Pasaron los segundo y al ver que no volvía decidí acostarme en las cobijas. Comencé a agacharme lentamente, pues aun me dolía mucho el estomago, tomé la almohada y comencé a acomodarme lentamente.

Unos pocos minutos después volvió Nathan, ahora con una camiseta básica blanca y cómoda, y unos shorts a la rodilla negros que también se veía cómodos. Me miró y puso cara de confusión.

-¿Que estas haciendo?

-Me acomodo para dormir.

-¿Por qué ahí?

-P-por que es mejor que dormir en el piso.

-Pero tu no vas a dormir en el piso.

-No, voy a dormir aqu-quí.

-No, no vas a dormir en esas cobijas.

-Esta bien, me puedo ir al sofa.

Tomé la almohada y comencé a levantarme. En un punto cuando estaba por enderezarme una punzada de dolor me golpeo en el abdomen, me doblé por el dolor y después continue levantándome.

-¿Qué? Absolutamente no, tu vas a dormir en mi cama, y yo en las cobijas.

-Claro que no, es tu casa, debes dormir en tu cama. Yo solo soy la invitada.

-Tu misma lo dijiste, es mi casa. Yo decido donde dormir, donde duermen las visitas.

Abrí los ojos completamente pues su voz había tomado un tono autoritario, haciéndome sentir indefensa, desprotegida, y me hizo recordar a Mason. Entonces guardé silencio y baje la cabeza. Acto que fue notado por Nathan.

-Lo siento, no quise hablarte así.

-No hay problema, no fue nada.

-¿Me perdonas?

-Ya te dijeron fue nada, en serio.

Solté la almohada que había estado agarrando todo el tiempo. Me di la vuelta y me metí en la cama, cubriendo mi cuerpo con las sabanas. Me acomodé de modo que quedase viendo a la pared, y no a él. De pronto sentí como alguien mas entraba en la cama conmigo, obviamente Nathan, ¿quién mas? Mi cuerpo completo se tensó al momento.

-En serio lo siento, no debí hablarte así.

-En serio no es nada, no tienes por que disculparte.

-Hasta mañana.

-Hasta mañana.

Se acercó a mi, haciendo que me tensara mas y me dio un beso en el pelo y se quedó uso pocos segundos abrazándome, después me soltó, salió de la cama y se acostó en el suelo. De a poco fui cayendo en un profundo sueño.

Estaba en el auto de Nathan llorando, y manejando lo mas rápido que podía. Cuando de pronto, en una vuelta el auto derrapo, haciendo que se estrellara contra una pared de rocas. Desperté en un cuarto completamente blanco, tan blanco que no se podía ver donde terminaban las paredes, o donde eran las esquinas. Comencé a caminar intentando encontrar una salida cuando de pronto desperté con la respiración agitada.

Me froté los ojos y cuando estos se adaptaron a la oscuridad recordé que estaba en casa de Nathan. Me levanté con cuidado de no despertarlo y fui al baño. Cerré con seguro y comencé a vomitar en el inodoro. Una vez terminé, aun que ni había mucho que vomitar ya, jale la cadena y me lave los dientes con un cepillo nuevo que Nathan me había dado. Una vez terminé salí del baño, de vuelta a la cama. Me metí en las sabanas y me volví a quedar dormida.

Me desperté de forma automática al día siguiente a la hora que siempre lo hacía para comenzar a arreglarme para ir al colegio. Salí de la cama y fui a buscar ropa en la caja donde había sacado la pijama. Tomé unos jeans negros que me quedaban ligeramente grandes, una blusa blanca con mangas negras sin estampado, usaría mi chamarra y mis tennis también. Fui al baño y comencé a "arreglarme" aun que solo significa cambiarme de ropa, lavarme los dientes y cepillarme el pelo. Salí y volví al cuarto, pero Nathan ya no estaba ahí. Unos pasos detrás de mi llamaron mi atención.

-Oh, Nathan. ¿Te desperté?

-No. Me iré a cambiar, después haré desayuno, ¿okay?

-Okay.

Nathan tomó un poco de ropa de su armario y fue al baño a cambiarse. Salió unos minutos después con unos jeans azul marino, una playera color vino lisa, y unas Vans negras. Se dirigió a la cocina y yo fui detrás de el y comenzó a hacer el desayuno.

-¿Tu qué quieres comer?

-Yo aun estoy llena, de la cena.

-¿En serio?

-Si. Mi metabolismo es tan lento que cuando ceno sigo con hambre a la mañana siguiente.

Salvada? [EDITANDO] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora