Cap 10

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-¡Kathy!

No podía distinguir que era verdad y que no, por lo que no sabía si alguien había dicho mi nombre, o solo había sido mi imaginación. Y si alguien e efecto me había llamado, ¿Quién había sido?

Narra Nathan

Cuando Kathy salió corriendo no me quedo de otra mas que irme a mi salón, 2405. Comenzaron mis clases y no podía poner atención a lo que me decía los profesores por que lo único, o la única, que estaba en mi mente era Kathy. Después de lo que parecía una eternidad, la campana anuncio el inicio del descanso.

Salí corriendo a buscar a Kathy a su salón, pero cuando llegué no había nadie ahí. Di varias vueltas intentando encontrarla cuando recordé donde la había conocido, el auditorio al otro lado del campus. Comencé a correr de madera un tanto lenta y relajada, cuando de pronto recordé la velocidad con la que Mason había salido del salón, iba por ella. Corrí tan rápido como me dieron las piernas esperando que para cuando llegara no fuese muy tarde.

Cuando llegué al auditorio eché un vistazo por la ventana, para asegurarme de que no estuviera, pero para mi sorpresa y disgusto Mason estaba con Kathy. Mejor dicho golpeando a Kathy. Corrí a la puerta más cercana, y después de varios intentos de abrirla con u golpe lo logré. Cuando logré entrar Mason ya no estaba e el lugar. Solo estaba Kathy tirada en el centro del auditorio.

Corrí hacia ella y me arrodillé a su lado. La observe unos segundos, para inspeccionar el daño que le había hecho. La frente le estaba sangrando, y tenía hinchada la mejilla izquierda y el labio inferior también sangraba, y tenía ambos ojos cerrados. Literalmente la única cosa que me indicaba que estaba viva eran los sollozos que salían de ella.

-¡Kathy!

Acerqué una mano delicada y lentamente a la mejilla que no tenía lastimada y cuando sintió el más mínimo rocé de mis dedos se estremeció y soltó un chillido de miedo, seguramente pensando que era Mason, o que la podía lastimar.

-P-por favor ya déjame e paz. D-deja de golpearme.-

Lloró mientras seguía con los ojos cerrados, era evidente que pensaba que era Mason. Acerqué de nuevo la mano lentamente, y antes de tocarla, para tranquilizarla y que supiera que todo iba a estar bien, le dije.

-Shhhhh. Tranquila, ya estoy aquí. SoyN-Nathan.

Mi voz se quebró un poco al final solo de verla así. Tan asustada, tan indefensa, tan inocente, sin culpa de lo que le estaba pasando. Ahuyente todo rastro de llanto de mi voz y mis ojos, debía ser fuerte, o por lo menos aparentarlo con ella.

-¿N-Nathan?

-Si, si, si. Aquí estoy, tranquila, ya no pasa nada.

-Duele m-mucho.-

-Se que duele, pero tranquila, yo te voy a ayudar. ¿Puedes moverte?

-No.

Noté que ni siquiera había cambiado de posición desde que había llegado junto a ella, por lo que no quería moverla, por miedo a que la lastimara mas.

-Okay, todo va a estar bien, no te preocupes.

-Qui-quiero dormirme.

Comenzó a cerrar los ojos con pesadez, y no quería que lo hiciera, por que entonces sería mas difícil ayudarla, sin mencionar que había una posibilidad de que no los abriera de nuevo en un futuro cercano.

-Hey, no te duermas, ¿okay? Todo va a estar bien, solo concéntrate en mi, y mantente despierta. Voy a cargarte, si te duele mucho házmelo saber, ¿okay?

-O-okay.

Me coloqué detrás de ella y acomodé los brazos para que uno quedase detrás de su cuello, y otro detrás de sus rodillas, para que sea mas cómodo para ella, ya que es algo parecida a la forma en la que esta ahora. Después de asegurarme que estaba bien asegurada comencé a levantarme. Fue mucho mas fácil de lo que pensé, era demasiado ligera. Cuando me levanté por completo Kathy soltó un gemido de dolor, lo cual era perfectamente entendible.

-¿Te duele mucho?

-Estoy bien.

La lleve al sofá intentando moverla lo menos posible y cuando llegamos la acomode de forma que quedase su cuello, y espalda alineados, y las piernas aun estaban encogidas, así que intenté estirarlas un poco, pero como noté que se quejaba mucho decidí mejor no hacerlo.

Una vez estuve seguro de que todo esta bien fui a los baños por un papel, demasiado papel, y algunos estaban húmedos para poder limpiar las heridas. Cuando volví estaba en la misma posición que antes, entonces deje los papeles junto a ella y le dije.

-Voy a limpiar tus heridas, puede que te arda, pero solo será un momento.

No respondió, por lo que asumí que estaba bien que comenzara. Acerqué el papel húmedo hasta que quedara a milímetros, después comencé rozando contra su piel, para que no le ardiera, después de unas pasadas comencé a hacerlo un poco mas fuerte, sin lastimarla, y cuando toda la sangre se fue come un papel seco y con extremo cuidado sequé su frente. Después hice lo mismo con su labio, y le puse un pedazo de papel con agua extremadamente fría en la mejilla. No era lo mismo que un hielo, pero era lo mejor que tenía. Cuando terminé quise seguir inspeccionando su cuerpo, para ver que mas le había hecho.

-Voy a estirar tus piernas, si te duele mucho avísame.

-S-si.

Delicadamente comencé a mover sus piernas, y aun que se quejo en algunas ocasiones, en las cuales me detuve para darle un segundo para descansar de el dolor y después continuaba. Una vez ambas piernas estuvieron completamente estiradas, y cobre el brazo del sofá le pregunté.

-¿Dónde mas te golpeo?

-En el ab-abdomen. 

Salvada? [EDITANDO] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora