Una semana después de la discusión que habían tenido Valentine y Rose, ninguno de los dos se hablaban más que cuando estaban frente a Jonathan.
Ese día luego de acostar a Jonathan y contarle un cuento de hadas en el que el personaje era vilmente asesinado (Jonathan decía que era ya suficientemente grande para los finales felices) Rose bajo a la sala y se acomodó con un libro en el sillón frente a la chimenea.
―¿Relajándote un rato? ―pregunto Valentine sentándose en un sillón con una copa de whisky en su mano.
―Creí que no me hablabas mientras estuviéramos a solas ― Rose cambio la página de su libro sin levantar la mirada para ver a Valentine.
―Eres tú la que no habla conmigo ― Valentine bebió un trago de su bebida mirando a Rose con una pequeña sonrisa.
Rose bajo el libro indignada. Aquel hombre iba a volverla completamente loca.
―¡¿Yo?! Discúlpame, eres tú el que dice "vives en una ilusión" o "eres una hermana para mí".
Valentine soltó una risa divertida, una que Rose no había escuchado en años y que le hacía sentir como si se estuviese burlando de ella.
―¿Qué es tan gracioso? ― pregunto Rose enojada por el comportamiento de Valentine.
―Tú... espera ― interrumpió a Rose antes que ella pudiera hacerlo ―. Hemos pasado muchos años fingiendo que somos marido y mujer, y aun no has tenido ni tu primer beso y eres virgen.
Rose lo miro ofendida por ese comentario. ¡Como se atrevía!
―Discúlpeme señor "tengo más experiencia que tu", pero tenía dieciocho años cuando fingiste mi muerte. No es mi culpa ser un cadáver viviente ― ella se cruzó de brazos, nada maduro para su edad.
Valentine volvió a soltar una carcajada. Rose, cansada de que se estuviese riendo de ella, le lanzó con el libro que acababa de dejar. Estaba demasiado ofendida.
―Por el ángel, Rose, no seas agresiva. A veces eres tan inocente y dulce. ― él había atrapado el libro antes de que pudiese hacerle verdadero daño.
―No estoy siendo dulce ahora mismo ― Le interrumpió la pelirroja ofendida por las risas de Valentine.
―No, pero estas siendo inocente. ― él dejo el libro y el vaso vacío sobre la mesa y se acercó a ella sentándose en frente. ― Tienes veintisiete, ya no eres una niña, me he dado cuenta de eso cuando vistes tus pijamas que dejan mucho a la imaginación. No te he tocado porque no sienta atraccion sexual hacia ti, sino porque me recuerdas a Jocelyn, ¿Acaso quieres que tengamos sexo y piense en alguien mas?
Rose abrió los ojos sonrojandose ligeramente al escucharlo hablar. No había pensado en eso, simplemente creía que no le parecía atractiva.
―No ― susurró casi atragantandose con su propia voz.
―Tenías razón, no he dejado de querer a Jocelyn. ― aquello fue como un balde de agua fría. Él lo estaba admitiendo, le estaba diciendo que amaba a Jocelyn ― Pero quiero intentar olvidarla. Sólo si me dejas. No quiero ser un hermano para ti, quiero ser algo mas.
Tardo mucho en encontrar su voz nuevamente, pero cuando lo hizo sonó tan insegura como cuando tenía dieciséis y estaba loca por él.
―¿Quieres tener sexo conmigo? ― susurró sintiendo sus mejillas caliente ― No me importa si sigues enamorado de ella, no eres mi cuñado, ya no.
―¿Por qué no? ¿Sentirias que la traicionas ahora? ― pregunto él gentilmente.
―No, porque ella te dejo, ya no hay nada entre Jocelyn y tu. Sólo eres... ― dejo las palabras en el aire, pero Valentine sabía lo que ella había querido decir.
―El hombre al que amas ― Valentine termino por ella son una sonrisa en sus labios.
Rose sabía él estaba usando sus sentimientos para favorecerse, era lo que siempre había he, era por eso que ella seguía ahí. Porque a Valentine le convenía tenerla cerca, ayudarla con sus hijos, ver el retrato vivo de su esposa fugitiva.
―Si ― Se estiró para tomar el libro que le había lanzado y buscó la página marcada, fingía leer mientras ordenaba sus sentimientos.
―Mi querida y dulce Rose. ― Valentine le había quitado su libro y ahora la miraba con una sonrisa, acaricio su mejilla como siempre hacia cuando estaban delante de Jonathan y acerco su rostro al suyo.
Rose aspiro profundamente mirando los ojos color negros de Valentine y luego mirando sus perfectos labios rosados. No tuvo que esperar mucho para ser besada, Valentine sabía que ella lo deseaba, por lo que sin esperar más, poso sus labios sobre los de Rose.
Los labios de Valentine se acomodaron perfectamente en los de ella, sabian a whisky y a fresas, Rose cerro los ojos y se dejó llevar por los labios expertos de él.
Muchas veces se había imaginado como era ser besada por Valentine, había estado mirando a su hermana mientras ellos se besaban y una vez le había preguntado a Jocelyn que sentía cuando lo besaba.
―El mayor amor del mundo, es como si todo tu cuerpo se encendiera y trabaja en modo automático. Cuando menos te das cuenta, ya estás correspondiendo ― Había respondido Jocelyn.
Y besando en ese momento a Valentine podía decir que Jocelyn tenía razón. Besar a Valentine Morgenstern era un sueño hecho realidad, se sentía en las nubes y en las estrellas.
Pero el beso fue interrumpido por Jonathan que se había levantado a tomar agua.
―Lo siento ― murmuro apenado esperando no ser castigado.
Rose, que estaba sonrojada y muy feliz le sonrió a su hijo.
―Está bien, cariño. Ven aquí. ―Le hizo lugar a su hijo a un lado para que pudiese sentarse.
Jonathan sonrió y corrió a sentarse en medio de sus padres con gran felicidad. Valentine le sonrió a Rose y luego abrazo a su hijo.
―Ustedes dos, son lo único valioso en mi vida ― Dijo él uniendo en el abrazo a Rose.
Rose tenía la certeza de que si pudiera diría que Jonathan Morgenstern también era importante y valioso en la vida de Valentine, sólo que ahí, junto a Jonathan, no podían hablar del otro niño.
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Fairchild [Valentine Morgenstern]
FanfictionRose siempre fue la sombra de su hermana, siempre siendo comparada con su perfecta hermana mayor, siempre siendo ella la segunda, incluso cuando Valentine Morgenstern, el gran amor de Rose, eligió a Jocelyn sobre ella. -Pequeños relatos de capítu...