Capítulo 6.1: Segundo objetivo - El Profeta

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A pesar de que llevaba un par de días buscando información sobre Shoku, no podía encontrar nada más aparte de lo que se dijo en el video que vi con Belem. Es como si esa persona no hubiera existido, y solo de la nada apareció para decir eso, y posteriormente, desaparecer de nuevo. Ya no tenía idea de si había motivo para tratar de buscar información sobre él, tal vez después de todo, solo es un profeta que tuvo suerte y ya.

Todo esto lo estoy pensando en la clase de Psicología, estamos en una actividad por parejas, como ya no está mi novia aquí, me puse en equipo con el que se podría considerar mi mejor amigo. La primera vez nunca tuve amigos, pero como fui cambiando mucho mi personalidad en este reintento, me comencé a llevar mejor con las personas, mas con Marco, que es el que acabo de decir que es mi mejor amigo y con quien estoy en equipo para la actividad. Y divago en mi mente pues acabamos rápido, solo fue diseñar el funcionamiento de las neuronas de forma gráfica. Marco sabe dibujar y yo sobre su funcionamiento, el equipo perfecto. Marco no tardó en darse cuenta que estaba muy distraído por lo que intento investigar.
–Vamos Matt, ¿Qué te tiene en las nubes?
–Es algo difícil de explicar.
–No me digas que has tenido problemas con tu novia.
–Para nada, andamos bien.
– ¿Entonces qué es lo que te preocupa?
Mire a mi alrededor, todos seguían con la actividad, mi maestro Myers recorría los lugares para ayudar al resto del salón en la actividad explicando algunos detalles que no entendieran bien. Regresé la mirada a Marco y le dije:
– ¿Alguna vez has pensado que hay personas que nadie conoce, luego hacen algo increíble y son conocidas, pero después del pasar del tiempo, ya nadie sabe de ellas?
–Vaya pregunta, ahora entiendo lo de "difícil de explicar".
–Te lo dije– Le sonreí.
–Veamos– se llevó su dedo pulgar a los labios, no lo lamia ni lo chupaba, solo se lo frotaba en los labios, sí que tiene una forma de pensar un poco extraña. –Si una persona hace algo por lo que sea reconocido, sería imposible que escapara de quienes desean saber más de él o ella, por lo que siempre saldría a la luz su vida.
– ¿Y si no?
–Entonces realmente nunca fue alguien importante y su existencia paso al olvido... –Marco hizo una pauta reflexionando lo que dijo. –Por más cruel que allá sonado.
–Ese es mi problema, estoy buscando información sobre alguien, pero no importa que fuente de internet consulte, ¡Todas dicen lo mismo! ¡Nada!
–Entonces solo investiga a alguien más.
–...
Marco no entendía bien mi situación, tampoco quería decírsela, simplemente me doy por vencido en tratar de razonar con él y de buscar información sobre Shoku Ika.
–Matt...
Su cara se notaba más seria, parecía que quería decirme algo importante.
– ¿Qué pasa, Marco?
– ¿Y si te digo que toda la internet no es ni el 50% de todo lo que muestra?
– ¿A qué te refieres?
–Es algo que, bueno, no se puede tomar tan a la ligera, pero si entras a lo profundo de la web, podrás encontrar todavía más información, incluso más de la que pudieras necesitar.
–Trata de explicarte mejor.
–Escucha– se inclinó hacia mí. –Hay un navegador especial que puede detectar ciertos enlaces que un navegador común y corriente como los que se usan cortinadamente no puede, e incluso los enlaces no son sencillos como una página de juegos que solo pones las palabras seguido de .com y ya está. ¡No!, Aquí son hasta combinaciones aleatorias de letras y números que solo poca gente conoce.
– ¿Y por qué harían algo así?
–Porque son ilegales Matt, no pueden darse la libertad de que cualquiera entrara así nomás, claro está que como todo buen rumor, esos enlaces se comienzan a divagar, pero hay algunos que son ultra secretos que incluso se quedan solo en leyendas urbanas.
–Entiendo ya perfecto lo que me dices, pero, ¿Qué tiene que ver con mi asunto?
–Muy fácil, puedes buscar información de esa persona ahí, lo más probable es que encuentres algo, ahí se puede encontrar información que no encontrarías en alguna otra parte.
–Suena intere...
– ¡NO!
El fuerte grito y golpe sobre la butaca del maestro Myers resonó en todo el salón, las miradas estaban justo sobre nosotros. Mi maestro se disculpó con los demás alumnos y luego de que ellos volvieran al trabajo, tomo una butaca y se sentó con nosotros a platicar.
–Lamento haberme exaltado así, pero de lo que estaban hablando no es un juego.
– ¿A qué se refiere? – le pregunte.
–Entrar a lo profundo de la web si es fácil como dice Marco, pero esa facilidad la hace peligrosa pues no sabes con que te podrías encontrar en ese lugar.
–Profesor Myers– Marco tomo la palabra. – ¿Qué tanto sabe con respecto a ese tema?
–No mucho, pero lo necesario para saber que no es un lugar al que deberían entrar ustedes y ni nadie.
Ambos nos quedamos callados por lo que mi maestro prosiguió.
–Matthew, si necesitas ayuda con una investigación, con gusto te ayudare, pero no recurras a ese tipo de alternativas.
–Gracias maestro, acepto su ayuda con mucha gratitud.
–Soy profesor, Matthew.
–Cierto, se me fue por esta ocasión– aunque fuera de la escuela me permitía decirle maestro, dentro de ella debía seguir usando la palabra profesor.
–Bien muchachos, ahora que todo está aclarado, terminen el trabajo que ya casi acaba la hora.
–Pero profesor Myers– replico Marco. –Ya acabamos nosotros.
–Si hubieran puesto atención al pizarrón, hubieran notado que puse otra actividad.
Al ver el pizarrón me di cuenta de que efectivamente había otra actividad.
–Eso no estaba ahí antes –Le dije. –Lo puso mientras estábamos distraídos.
–No lo negare– Mi maestro rio y se retiró a su escritorio, no nos quedó de otra que hacer esa otra actividad lo más rápido posible.

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