Capitulo 8: Alguien puede vernos.

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Louis.

Amanecí en una habitación desconocida sintiéndome algo incomodo, frunzo el ceño completamente confundido con la situación y al intentar sentarme en la cama, para acomodarme, me di cuenta de que la razón por la cuál me sentía incómoda era por culpa de un Harry en ropa interior que me estaba abrazando y un poco mas encima mio a pesar de que la cama King en la cuál nos encontrábamos era enorme.

Los recuerdos de anoche me golpearon con fuerza e inmediatamente me sentí avergonzado de mi mismo por haberme dejado caer en sus encantos y renunciado a mi mismo por una calentura. Sentía vergüenza por entregarme de esa manera tan idiota a Harry, ahora el muy idiota debe estar burlándose de mi mientras duerme, había sido un fácil y un pecador, probé los besos de un hombre y lo disfruté, la manzana prohibida había sido mordida y es justo ahora cuando se viene lo peor.

Mi mirada azulada se centró en Harry. Parecía tan pacífico mientras su pecho subía y bajaba con lentitud, sus ojos estaban cerrados y sus labios rojos entreabiertos dejando salir pequeños ronquidos, miré su pecho bien formado y repleto sé tatuajes, me di cuenta de que ayer por la noche estaba tan extasiado que apenas pude apreciarlo, su cuerpo estaba desnudo, lo único que lo cubría era su bóxer, una erección en el, muerdo mi labio inferior y miro el techo.

Mi madre me había contado que era normal en los hombres al despertar, bajé mi mirada y me sorprendí al ver una sobresaliendo de mis boxers, eso es raro porque nunca se me había levantado, excepto por esa vez en la que estuvimos con Harry en su habitación y luego ayer por la noche.

¿Ya soy un hombre o tengo que esperar hasta mi primer encuentro sexual? Definitivamente tengo que consultarle a Harry, porque creo que tiene más experiencia en este tema que yo. ¿Qué voy a hacer cuándo despierte? ¿Debo actuar normal o cómo si nada hubiera pasado? ¿Cómo hago para bajar eso?

— Louis... — escuché a Harry murmurar. Sus ojos se abrían lentamente y pestañeo varias veces, intentando acostumbrarse a la luz cegadora que se filtraba por las ventanas.

— Estoy aquí — Mi voz sonó ronca, Harry frunció el ceño y levantó la vista para verme, entonces sonrió.

— ¿Dormiste bien? — Preguntó dulcemente. Se apoyó en sus codos y se sentó a mi lado, sus manos agarraron mi mentón y me obligaron a subir la mirada. Me sonrió y beso mis labios de manera lenta, pero profunda, era sensual.

Maldición.

Aún no era un experto y mis labios se movían torpemente debajo de los suyos pero a Harry parecía no importarle.

— Sino fuera porque tú cuerpo casi me aplasta hubiera estado espléndido —Contesté, entre besos, intentando mantener mis nervios a raya. Sonríe contra mis labios nuevamente mientras introduce su lengua en mi cavidad bucal.

— Louis — murmuró separándose de mi para mirarme a los ojos—. Esto debe ser un secreto, absolutamente nadie debe saberlo, ¿Entendido?

— Lo sé —Dije con la respiración acelerada. Yo sabía las consecuencias que todo esto podría traer, Harry incluso podría ir a la carcel por tener esta clase de acercamiento con un menor—. ¿Y cómo haremos cuándo estemos en tú casa? —le pregunté y él ladeó su cabeza, para luego esconderla en mi cuello.

— Cuando estén nuestras madres vendrás a mi habitación, cerraré la puerta y listo, no se puede escuchar nada desde afuera — Explicó en un susurro, dejando besos en mi cuello, solté un suspiro y me aferré a los rulos de su cabello— Y si ellas no están podemos hacer lo que queramos en cualquier parte —mordió el lóbulo de mi oreja y retiró su cabeza de mi cuello para mirarme a los ojos con advertencia.

Nuestro Mundo » Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora