The Fate 🍃

Navidad

Ya era noche buena, nuestras familias estaban unidas en una sola y larga mesa. Jimin y yo estábamos sentados en la punta de la mesa. Cada tanto, nuestras miradas se juntaban, y sonreímos por el contacto. La cena había estado deliciosa, y hablamos tomado un poco de cerveza rubia, haciendo que nuestro organismo adquiriese un estado leve de ebriedad. Ana contaba anécdotas de su vida en Londres, mientras mi madre opinaba sobre la moda de París. Cosas de mujeres, supongo. Hyuna estaba con su novio en la casa de éste, por lo que sólo nos encontrábamos los cuatro.
-Jimin, Kook... Pongamos los dulces, faltan sólo cinco minutos para la media noche.- mi madre estaba entusiasmada, aunque yo no lo estuviese, pero con Jimin al lado, todo era distinto.
Con Chim asentimos y colocamos los chocolates y budines sobre la mesa. La medía noche se hizo presente, junto a los fuegos artificiales. Salimos al patio, los colores resaltaban en la oscura noche. Jimin tomó mi mano con fuerza, obligándome a que lo mire.
-Jungkook...-suspiró con pesadez-
-¿si?.-
-Yo... Me preguntaba si... ¿Quisieras ser mi novio?.- su rostro estaba rojo, y se podía notar su nerviosismo.
  Mis ojos se abrieron como platos. ¿Estaba escuchando bien?.
-oh bebé... ¿Que pasa?...- no me dí cuenta que mis lágrimas caían, hasta que Jimin las secó, con un rostro de preocupación.
-Claro que si Jimin.- me abalancé hacia sus brazos.
-Te amo Jungkook.- me besó. Mi cintura estaba rodeada por sus brazos, mientras yo lo tomaba de su nuca. Me besaba con vehemencia. Mi corazón latía con fuerza, también podía sentir sus latidos, al mismo ritmo que los míos.
-La parejita del año.- ese comentario hizo que nos separemos, y miraramos al proveniente de esa voz.
Tae y Hoseok estaban de la mano, frente a nosotros con una botella de Champagne.
-Miren quienes hablaron.- Jin estaba sonriendo junto a Namjoon. Los dos nos miramos y sonreímos. Sin duda, era la mejor noche de mi vida. Junto a la persona que más amo, junto a mi novio.
-Por más navidades juntas amor.- susurré en su oído, y mordí levemente el lóbulo de su oreja.
-Si sigues así... Te daré antes tu regalo.- me guiñó un ojo y fue hacia sus amigos.