The Fate 🍃

Pensamientos

Había pasado una semana desde aquel día. No había salido de mi habitación por más que mi madre rogara tras la puerta, que necesitaba salir, comer, asearme y hablar con ella.
Seguía negándome. Sólo me levantaba para hacer mis necesidades en el baño de mi habitación y bañarme.
Mi rutina se basó en llorar. Ni siquiera comía. Me sentía devastado. La imagen viva de Jimin teniendo relaciones con ese hombre, me perturbaba. Mi novio... No hizo nada. Él me había engañado.
Al recordar aquello, mi llanto volvió.
Tenía el cuerpo lastimado, producto de todas las veces en las que me rasguñaba o me pegaba. El dolor que yacía en mi interior me agobiaba. Me agobiaba de tal manera en la que no podía soportarlo, y simplemente optaba por descargarme con mi cuerpo.
Había escuchado muchas veces a mi madre sollozar tras la puerta, pero no podía hacer nada. El amor que le tenia a mi madre, no se comparaba con el sufrimiento que cargaba.
Mi teléfono sonaba todo el tiempo. Jimin y Taehyung me han llamado insensatez. Pero no quería hablar con nadie. Menos con Jimin.
Después de aquello...¿puede tener la cara para llamarme?. No tenía derecho.
Tampoco lo tenía para preocupar a mi madre y a mis amigos.
Visibilcé mi rostro en el espejo.
Rostro digno de un muerto. ojeras negras, piel pálida y ojos rojos.
Estaba delgado y demacrado. Pero poco me importaba.
-Y así Jimin dijo que te amaba- pensé. Jimin dijo que me amaba, aún sabiendo lo caprichoso, competidor, y gruñón que era.
Recordar que Jimin decía que me amaba sin cesar... todas las cosas que pasamos... A él no le importó.
Mi llanto se hizo presente en aquella habitación penumbrosa.
Un fuerte puño paró en el espejo del baño.
Mis nudillos sangraban con fuerza al tener vidrios incrustados, pero no me dolía. Nada me dolía, sólo mi corazón vacío que se había formado por su causa.
Caí de rodillas en el suelo.
El blanco piso del baño, estaba con muchas manchas carmesí.
Jungkook, te amo. Jamás lo olvides.
Pero quiero olvidarlo.
Kookie, eres tan tierno cuando te sonrojas.
Sólo contigo lo hacia.
-¡BASTA!, ¡BASTA!- Gritaba desgarrándome la garganta. Caía en un pozo vacío, oscuro. Y nadie me salvaba.-Ayuda...- susurré, con el último hilo de cordura que me quedaba.
Frente a mi, un fragmento vidrioso brillaba.
Lo tomé tembloroso.
¿Sería lo mejor?
¿Podría dejar el sufrimiento atrás, con ésta acción?
Lo pasé con dureza en mi brazo izquierdo.
No sentía dolor, pero si calma.
Un pequeño recorrido de aquel líquido carmesí, bajaba por mi brazo hasta quedar en el piso.
Estaba ofuscado, y no era por aquel corte. Sino que necesitaba un abrazo de Jimin para estar bien. Que me susurrase en el oído que todo pasará. Que ya no sufriremos. Que estaremos juntos pase lo que pase.
Caí por completo en el suelo, tras escuchar la puerta de mi habitación siendo abierta con fuerza.
Jimin.