Cena

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Con Jimin estuvimos hablando sobre nuestros gustos, nuestros hobbys, sobre cosas que nos apasionaban. Me enteré que Jimin ama el atletismo, y que todos los martes y jueves va a entrenar a un predio cercano a la preparatoria. Yo, en cambio, amo la natación, y todos los lunes y miércoles entreno para un relevo en el mismo lugar. ¿Que coincidencia no?. Mi madre no tardó en llegar, para ayudar a Ana a cocinar.
-Chicos, ¿armemos el árbol para navidad?, Jasmine y Jungkook todavía no lo armaron ¿no es así?.- miró Ana a mi madre. Ella asintió. -armemoslo todos juntos.- todos asentimos y fuimos a hacerlo. Yo empecé a decorar la parte de abajo, mientras Jimin decoraba el medio. Ana y Jasmine probaban si las luces andaban, mientras que Hyuna sacaba selcas del arbolito. Muy de ella, según Jimin. No pude evitar sonreír. Poder hacer esto con Jimin era sumamente placentero. Con mamá jamás hacíamos éstas cosas, claro, desde que papá se fue.
Estaba terminando de enrollar las luces, cuando me choqué con el hombro de Jimin. Este me miró, observándome con felicidad, cariño, amor, anhelo. Cosa que jamás nadie había sentido por mi. Me sentí amado, por primera vez en mi vida. Me besó. Sólo fue un corto beso, pero lo necesitaba, para que me demuestre el aprecio que me tenía y yo a él. Volví la mirada al árbol, y fue ahí cuando me dí cuenta que no estábamos solos, sino con ellas.
Lentamente giré mi rostro, para encontrarme con sus asombradas caras. Mi madre y Ana con la boca abierta, y Hyuna mostrando indiferencia, pero con una total molestia.
-U-Ustedes...- pronunció mi mamá, sin poder creer lo que acababa de observar. Mi rostro estaba rojo.
-Yo...- no sabía que decir. No esperaba que nos viéran. Mucho menos besándonos.
-Mamá... Jasmine... Con Kook estamos saliendo. No somos novios. >>Aún<<.- eso último lo susurró, pero igual lo escuché, esbozando una sonrisa.- pero realmente nos queremos, y esperamos que lo acepten.- me tomó de la cintura, quedando muy cerca.
-Bebé... Obvio que lo acepto.- mi madre sonrió.
-Igual yo.- habló Ana.
-Me alegro por ti hijo, me alegra que sea Jimin quien te quiera.- me alegraba completamente que lo aceptara.
-Coincido con Jasmine, me hace feliz que Jimin esté contigo. Eres mucho mejor que ese tal Key.- nos quedamos todos callados. Jimin, su rostro se tornó triste. Seguro Ana quería morirse por decirlo.
-Ya volvemos. Vamos a tomar aire.- tomé de la mano a Jimin, y salimos. Estábamos caminando por las vacías calles de seúl. La noche reinaba, acompañada por una suave brisa.
-Jimin, ¿puedes contarme sobre eso?.- pregunté una vez que estamos sentados en un parque, no muy lejos de su casa.
-Yo... Prefiero no hablar de eso.- su rostro era triste, su mirada era de pura soledad y dolor. No me gustaba verlo a Jimin así. Sólo sostuve su mano, para que supiese que no estaba solo.
-Quizás yo no sea ese tal Key, pero soy Jungkook, tu Jungkook, y estoy contigo. ¿Sabes por qué?.-
-¿po-porqué?.- me miró.
-Porque me he enamorado de ti.- sonreí- jamás me he enamorado ¿sabes?. Pero por primera vez me sentí amado, querido. Y sólo por ti.- nuestras miradas se cruzaron.
-Me haces muy feliz Jungkook.- me abrazó. Fue el abrazo más sincero que me pudo dar. Nos quedamos así, susurrandonos lo mucho que nos queríamos. Hasta volver a casa, a por una cena familiar.  

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