The Fate 🍃

Dolor

Cuando terminó la ceremonia, pudimos irnos. Tae y Hoseok dijeron que prepararían todo para la fiesta que se llevaría a cabo en la casa de Taehyung. Jin y Nam sugirieron que comprarían las bebidas. Y con Kookie nos ofrecimos para llevar la comida antes de la fiesta. Sólo para nosotros seis.
-Kook... Iré a mi casa a cambiarme de ropa y darme una ducha. En media hora vuelvo- informé sentado en el sillón de su casa. Él asintió y se acercó a mis labios. Sonrió y juntó los suyos. Moviéndose suave y dulce.
Si hubiese sabido, lo hubiese disfrutado más.
Tomé mi mochila y me fui a mi casa.
Mi madre informó que iría a la casa del novio de Hyuna a merendar.
Con un suspiro, subí a mi habitación. Hubiese dado la vida por no entrar.
Ahí estaba él. Sentado en mi cama, observando el portarretrato que anteriormente se encontraba en mi mesita de noche. Una foto mía y  Jungkook.
Apreté mi mandíbula y me acerqué peligrosamente hacia él. Iba a propinarle un golpe, pero no pude. Mis nervios estaban a flor de piel, y las lágrimas amenazaban con salir. Odiaba saber que me podría causar algo con sólo cruzar miradas con él.
-Tanto tiempo, Jiminie- no podía moverme, estaba estático. ¿Por qué haces ésto Key? ¿Por qué justo cuando logro estabilizarme?.
-¡Vete de mi casa!- grité. Mis piernas temblaban, al igual que mi mandíbula.
-¿y así me recibirás después de cinco años sin vernos?-pregunta burlón. tomó una botella con agua que estaba a su lado y me la tendió.- bebela, estás histérico- mi garganta estaba seca de la fuerza que hacia para contener el llanto. La agarré con fuerza y la bebí hasta la mitad.
-Vete- dije ahora más tranquilo.
-¿No te gustaría un polvo de reencuentro?, pareces en abstinencia- ríe con burla.
-No, gracias. Ya tengo a mi novio que folla mucho mejor- acoté con una sonrisa ladeada. Debía controlar mi rabia.
Pov Jungkook
Había pasado más de una hora y media que Jimin se había marchado. Miré el reloj, marcaba las seis y cuarenta. Decidido, fui a buscarlo.
La puerta de entrada estaba sin llave. subí las escaleras y toqué la puerta de su habitación, pero nadie abrió.
tomé el pomo de la puerta y la abrí con cuidado. Esa escena, jamás la vi venir.
Jimin estaba bajo el cuerpo de aquel chico. Lo besaba con salvajismo, mientras se escuchaba el ruido de sus pieles chocando.
Todo se volvió nítido. Mis oídos no funcionaban. Podía ver el rostro de Jimin gimiendo. Y ese chico lo miraba con lujuria.
Mi corazón dolía. Quería salir y dejar de ver aquello, pero me era imposible moverme tan sólo para respirar.
Inesperadamente se me escapó un sollozo. El pelinegro me miró y sonrió.
-interrumpes algo importante- Jimin no se movía, sólo lo miraba a él con la vista cristalizada.
-¿Qu-quien eres?-pregunté desesperado, mientras mi rostro se empapaba de lágrimas frías.
me miró incrédulo. Noté que las palabras no salían de mi garganta.
Cerré la puerta fuertemente y me eché a correr escaleras abajo. Salí de su casa corriendo quien sabe dónde.
El dolor no disminuía. Me caí en medio de la calle. Los gritos ahogados no paraban de salir. Los autos tocaban bocina, pero... ¿que podía hacer yo?.
Me levanté como mis piernas me permitieron y caminé hacia mi casa.
Me encerré en mi habitación y volví a gritar y llorar. jamás había experimentado tal sufrimiento, y no me creía capaz de soportarlo.