Capitulo 5

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Me asome en la ventana del cuarto de mi mamá, ella seguía profundamente dormida, así sea que me regañara bajaría a acompañarlo.

Baje las escaleras corriendo tenía que ir rápido no podía dejarlo allí, ni siquiera me cambie la pijama, fui en un short que me quedaba cortísimo y con un suéter, eran de ositos una cosa ridícula que cuando Luccian viera se iba a reír.

Termine de bajar y allí en el suelo bajo una matica estaba Luccian sentado, al escuchar que abrí la reja volteo, sonrió ampliamente.

-         Estas empapado. – Lo agarre de la mano y nos quedamos en las escaleras.

-         Esta siendo burda de frio, y el desgraciado de mi primo no contesta el maldito teléfono. – Estaba furioso.

-         No maldigas.

-         ¿Qué? – Me sonrió, lo mire con cara de pocos amigos sentí que se burlaba de mi – No vale enserio dime no escuche, seriedad.

-         Que no maldigas, es feo.

-         Ah lo siento. – Me dio un beso en la mejilla – Que linda, viniste hacerme compañía a pesar de que tu mamá te regañara si te ve aquí abajo.

-         Que me regañe, no importa. – Me recosté en su hombro, tenía mucho frio me hubiera gustado abrazarlo pero estaba muy mojado,  el veía al suelo y sus manos estaban entrelazadas a las mías.

-         ¿Y ese short vale? – Lo halo con los dedos estaba muerto de la risa – Que chistoso – Me eche a reír y le di un beso corto.

-         Yo sabía que ibas a decir eso. – Me sonrió ampliamente.

-         Tengo mucho sueño, me estoy muriendo. – Se restregó los ojos.

-         ¿Sabes que?

-         ¿Qué?

-          Vamos a subir a mi casa.

-         ¿Qué? – Puso los ojos como platos.

-         Si vente, tengo mucho frio y tú tienes mucho sueño, vamos. – Lo hale del brazo y subimos.

Abrí cuidadosamente la puerta sin hacer ruido, luego fuimos al cuarto y allí me encerré, le puse llave a mi puerta para así cuando mi mamá se levantara y quisiera entrar a mi cuarto no podría, y no lo viera, acomode una colchoneta en el piso, para que el durmiera allí, no era el mejor plan para olvidarlo pero no podía dejarlo afuera.

-         Tu si eres linda conmigo, gracias.

-         De nada, ¿No te vas a quitar la camisa? – El puso una cara exagerada y se echo a reír muy duro enseguida le tape la boca –  se supone que tú no estás aquí.

-         Lo siento, yo sé que no estoy bueno pero no me tienes que pedir que me la quite yo lo hago solo gafa.

-         Imbécil, no, enserio es que estas mojado.

-         Si pero recuerda que tu mamá tiene llave, y va ser peor si me ve sin camisa o no se no cuadra.

-         Verga, verdad que ella tiene la otra llave de la puerta ¿Bueno pero vas a dormir mojado?

-         Si, lo único que me voy a quitar son los zapatos. – Dijo mientras se sentaba en la colchoneta y se desamarraba los zapatos.

-         Bueno hasta mañana tengo mucho sueño por cierto ¿Tú conoces a Willy?

Entre Amores y DoloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora