«Discúlpeme...solo estaba haciendo compañía al pequeño» dijo Emma «Con permiso» añadió, dirigiéndose a la cocina
«No has tocado la comida» comentó Regina, dirigiéndole una mirada reprobatoria
«No tengo hambre» dijo el pequeño
«¿Cómo ha ido el primer día de clase?»
«Estuvo bien»
«¿Te gustó?»
«Sí»
«¿Ya has hecho amigos?»
«Sí»
«¿No quieres conversar conmigo?»
«Tengo tarea. ¿Puedo ir a mi cuarto?»
«Sí...puedes ir» dijo ella, con expresión afligida
«¿Puedo llamar a la señorita Emma para que ayude?»
«Claro. Está aquí para eso»
Regina permaneció sentada en la mesa casi una hora, perdida en pensamientos. La idea de mudarse a la hacienda con la intención de mejorar su relación con Henry, con las personas que la rodeaban y consigo misma parecía no haber surtido el efecto esperado. Aunque lo había intentado, el dolor y la desilusión la seguían atormentando a cada momento. Cuando descubrió la traición, Regina se mantuvo aislada del mundo durante más de un mes, incluso, alejada de su hijo, lo que, al final, acabó por levantar un muro de frialdad entre los dos.
«Quiero pedirte disculpas» murmuró Henry
«¿Por qué?» preguntó Emma
«Mi madre te regañó por mi culpa»
«No te preocupes por eso. Además, no me regañó...solo dijo la verdad. El lugar de los empleados es la cocina»
«Yo no lo creo»
«Pero así es...en fin, ¿qué te parece si acabamos los deberes y después vamos a dar un paseo por el campo, eh?»
«¡Es una gran idea!»
Desde la ventana de su cuarto, Regina observaba a su hijo caminando de mano con Emma. Aquella visión le arrancó una discreta sonrisa, al mismo tiempo que entristeció su corazón al recordar un tiempo en que al lado de Kathryn y Henry ella pasaba los domingos en los parques de Augusta. Tras un largo suspiro, se echó en la cama durante un rato, ya que golpes en la puerta la hicieron levantar.
«Disculpe que la moleste, patrona. Pero el capataz quiere hablar con usted» dijo Margaret
«Ya bajo» dijo, y a continuación cerró la puerta.
Tras unos minutos, Regina salió al encuentro del capataz. La expresión de desagrado en su cara era palpable al ver que Robin conversaba animadamente en la sala con Emma.
«Patrona, buenas tardes» dijo
«Espéreme fuera, Robin» dijo, ignorando el saludo. Una severa mirada fue dirigida hacia Emma, que en respuesta, desvió la suya. Sin decir palabra, ella se retiró a paso firme y largo hacia el patio.
«¿Qué quiere?» preguntó
«Bueno, la vacunación del ganado es mañana y no hay vacunas suficientes...»
«¿Y solo ahora me lo viene a decir?»
«Es que Archie, el veterinario de la hacienda, solo me ha avisado ahora»
«Muy bien...vaya a la ciudad y consiga las vacunas. Y dígale a Archie que está despedido. ¡No quiero gente incompetente en mi hacienda» dicho eso, se retiró
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Infidelidad
FanfictionTRADUCCIÓN del fic portugués Infidelidade de Madame Prefeita. Despues de casi arruinar su vida al enterarse de la infidelidad de su esposa, Regina encontrará la cura de sus heridas en brazos de la recien contratado niñera de su hijo, Emma Swan. Sin...