Parte 34

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Intentando ignorar el estruendo de los motores del Jet alquilado por Cora, Emma solo pensaba en Regina y en cuán indefensa y sola debería estar en aquella hacienda. Su corazón se oprimía en el pecho a medida que los minutos pasaban, y el pavor parecía crecer en su alma cada vez que la imagen de Regina herida surgía en su mente.

«Buenas tardes, señora Mills» dijo el piloto, apretando la mano de Cora «Todo lo solicitado por la señora ya fue pedido, y en menos de una hora llegaremos al aeropuerto más cercano a Storybrooke»

Cora hizo una pequeña señal con la cabeza y se dirigió a uno de los sillones. A su lado se sentó Zelena, seguida por Henry y Emma.

A media que el Jet ganaba altitud, las luces que rodeaban la pista de despegue iban desapareciendo y Emma imploraba mentalmente para que Regina estuviese bien.


«Señorita Aurora...¿cómo está ella?» preguntó Margaret

«Está bien...mi padre ha conseguido extraer la bala y ahora solo necesitamos cuidar de la herida para que no se infecte» dijo Aurora, mientras le pasaba a Regina una toalla por la frente «Y esta fiebre que no pasa...»

«Su familia ya está de camino»

«¡Qué bien! Aunque me querrá matar por haberlos avisado. La familia piensa que ella está en Londres»

«Ah...ahora entiendo por qué la señora Cora se asombró cuando le dije que estaba aquí» dijo ella, callándose cuando escuchó golpes en la puerta.

«Con permiso» dijo David «No encontramos a nadie sospechoso por los alrededores de la hacienda, pero le he pedido a Robin que vaya a la ciudad a avisar de lo ocurrido en comisaria»

«Has hecho bien...a pesar de no llevar mucho tiempo aquí, nada me quita de la cabeza que alguien ha intentado matarla»

«No es de extrañar...la patrona ha hecho muchos enemigos cuando estuvo aquí»

«David, será mejor que vayas a buscar a la familia de la patrona que ya debe haber llegado. La señora Zelena ha dejado dicho que venían en un vuelo privado y que aterrizarán en el aeropuerto más cercano a la ciudad. Así que, es mejor ir pronto, porque viene la madre de la señora, y por lo que sé, odia esperar»

«Ya voy entonces. Cualquier cosa, Robin no debe tardar» dijo él, retirándose después

Algo más tarde el Jet finalmente tomo tierra. A lo lejos, David reconoció a Emma y a Henry, y a paso rápido, fue a su encuentro y se presentó como el capataz de la hacienda.

Ya dentro del coche, Cora se preguntaba con qué propósito Regina había cambiado Londres por un lugar como aquel. Recordaba que la hacienda era muy bonita, pero no lo suficiente como para dejar la capital y vivir ahí.

«¿Cómo está mi hija, muchacho?» preguntó ella, aunque Emma ya hubiese hecho la misma pregunta

«Está bien, señora. La bala ya fue extraída, pero cuando salí de la casa estaba con mucha fiebre»

«¡Espere un momento! ¿Mi hija no fue llevada a un hospital?» preguntó ella, en una mezcla de enfado y de asombro

«La señorita Aurora dijo que podría ser peligroso llevarla a un hospital debido a la distancia»

«¿Quién es Aurora?» preguntó Emma, al darse cuenta de que nunca antes había escuchado ese nombre mientras estuvo en la propiedad.

«Es la nueva veterinaria de la hacienda» dijo él «Estaba cabalgando con la patrona cuando ocurrió el accidente» añadió, y sin poder evitarlo, el corazón de Emma entró en alerta. Regina nunca había cabalgado con nadie que no fuese ella, y al saber ese hecho, los celos y las dudas tomaron su cuerpo. Más de un mes había pasado, y según Zelena, Regina continuaba sin fecha de retorno. ¿Sería Aurora el motivo de su permanencia en la hacienda? Se preguntaba mientras la idea de perderla a favor de otra mujer la devastaba por dentro. Perdida en pensamientos, ni se dio cuenta de que habían llegado.

InfidelidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora