Parte 26

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«Hm...» Emma soltó un gemido aún con los ojos cerrados. Lentamente su cuerpo se removía aún algo somnolienta, abrió los ojos y la cabeza de Regina entre sus piernas fue la primera visión que tuvo en aquella mañana de domingo «¡Regina! ¿Qué estás haciendo?» preguntó, aunque sabía perfectamente la respuesta «¡Oh, cielos...¿quieres matarme tan temprano?» añadió mientras sus manos se cerraban en los cortos y oscuros cabellos.

«Estás deliciosa cuando despiertas» dijo Regina, cubriéndole la parte interna de los muslos de cálidos besos. En seguida, su boca retomó las caricias en la mojada intimidad y solo paró cuando Emma se derramó en su boca.


«Mamá, ¿qué haces aquí un domingo tan temprano?» preguntó Zelena, dejando que Cora pasase.

«Tengo que hablar contigo?» dijo ella «¿Henry?»

«Hola, abuela. ¿Cómo estás?»

«Bien, querido. ¿Y tú?»

«Estoy bien. Tía, voy a cambiarme»

«Ve, mi amor» dijo ella, sentándose al lado de Cora

«¿Regina está aquí?»

«No, mamá»

«¿Y dónde está? Fui a buscarla y las empleadas me dijeron que no había dormido en casa»

«No sé dónde ha dormido. Y hablando de dormir...¿Ruby sigue en tu casa?»

«Sí...me ha hecho compañía. Cosa que ni tú ni Regina han hecho nunca»

«Bueno, entonces, ¿a qué debo esta visita?»

«¿Cómo has sido capaz de acepta a una asesina en tu escuela?»

«Fue absuelta delante de un jurado, participó en el proceso selectivo y el tribunal la escogió. Así que, no tuve ningún motivo para...»

«¿No tuviste motivo?» la interrumpió Cora «¡Hazme el favor, Zelena! ¿No te das cuenta de que puede manchar la imagen de tu escuela?»

«La escuela es mía, mamá. Y sé cuidar de ella perfectamente»

«¡Veo que tu cercanía con Regina te está volviendo tan rebelde e inconsecuente como ella!» exclamó Cora, y antes de que Zelena pudiese responder, el sonido del timbre interrumpió la conversación.

Al abrir la puerta, una sonriente Regina entró en la casa dada de la mano con Emma, sin embargo, su sonrisa desapareció súbitamente cuando se dio cuenta de la presencia de Cora.

«Ahora entiendo muchas cosas...» dijo Cora «¿No tienes vergüenza de andar mostrándote por ahí junto a una asesina?»

«No te atrevas a ofender a Emma o juro que...»

«¿Qué? ¿Me vas a pegar? ¿Serías capaz de levantarle la mano a tu propia madre?»

«Solo no te metas en mi vida. ¡Marcharte como hiciste la primera vez!» exclamó Regina, contrayendo la mandíbula al mismo tiempo que cerraba los puños.

«No suelo discutir asuntos de familia en presencia de extraños» tras decir eso, Cora se marchó

«Emma...disculpa por...»

«Está todo bien, Regina. Cualquier madre tendría esa reacción»

«¡Ya estoy listo!» dijo Henry rompiendo la tensión del momento

«¡Pero qué hombrecito más guapo!» dijo Emma para quebrar el tenso momento

«¡Gracias, Emma! ¿A dónde vamos ese domingo?» preguntó él

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