Parte 13

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«Sabía que no eras ninguna santa...ya veremos lo que la patrona dice cuando sepa que su queridita anda mintiendo» dijo Ruby para sí misma. Y al hacer mención de acercarse, Marian apareció interrumpiendo la conversación entre Emma y el comisario.

«Señorita Em...»

«¡Marian!» la interrumpió Emma «Eh...por favor, traiga un jugo o un café para el señor comisario»

«No es necesario...ya me iba» dijo él «Fue un placer conocerla, señorita Al...»

«Lo acompaño hasta la puerta» ella se adelantó, provocando el fin de las palabras, conduciéndolo hasta la puerta.

En cuanto el comisario se fue, Emma se encerró en su cuarto. Su corazón estaba acelerado y pensó que en cualquier momento ese órgano podía atravesar su pecho. Ambas manos se deslizaron entre los cabellos y aún temblorosa, se sentó en la cama.

«Está todo bien, Emma...nadie te conoce en este fin del mundo. Todo está bien...» murmuraba para sí misma, mientas las escenas de su pasado le pasaban por la mente.

Antes de que Regina llegara pasó aproximadamente media hora. Apenas tuvo tiempo de descender del coche que ya Ruby fue a abordarla.

«Henry, vete derecho a tomar el baño para después comer» dijo ella, y en silencio, él corrió hacia la entrada de la casa grande

«Patrona, el comisario estuvo aquí buscándola» dijo ella

«¿Otra vez? ¿Qué quería?»

«No sé, habló con la señorita Emma...a propósito, no entendí por qué ella ha dicho que se llama Emma si realmente su nombre es Allison» dijo Ruby, e instintivamente, Regina contrajo la mandíbula y sus ojos se estrecharon.

«¿De qué está hablando?» preguntó ella, en tono exaltado

«Estoy diciendo que la señorita Emma le dijo al comisario que se llamaba Allison»

Regina permaneció algunos segundos en silencio como si necesitase ese tiempo para procesar aquella información. Era consciente de que a Ruby no le agradaba para nada su relación con Emma, y quizás, en aquel momento, su intención era meter cizaña entre ellas. De cualquier forma, no sería difícil descubrir si Ruby estaba inventando esa historia, y si eso era así, no dudaría en sacarla de la casa grande.

«¿Tiene algo más que decirme, Ruby?»

«No señora» dijo ella, y sin más cuestionamientos, Regina entró en la casa «Dígale a Margaret que quiero hablar con ella ahora mismo en mi despacho» dijo Regina, dirigiéndose a Marian.

En cuanto recibió el "recado", Margaret caminó vacilante hasta el lugar indicado. Aunque se dijese a sí misma que su conciencia estaba tranquila, no consiguió evitar que surgiese el miedo, ya que esa era la primera vez que Regina solicitaba su presencia en el despacho, y según Marian, su patrona parecía más irritada que nunca.

«Con permiso, patrona...»

«Cierre la puerta» dijo Regina «¿el comisario estuvo aquí estas mañana?»

«Sí señora»

«¿Me sabría decir si hay algún teléfono donde pueda ponerme en contacto con él?»

«Sí señora. Lo he memorizado»

«¿A qué está esperando? ¡Hable!» exclamó Regina, y tras anotar el teléfono, volvió a mirarla «Ni una palabra de esto a nadie, ¿entendido?»

«Sí señora»

«Puede irse»

En cuanto se encontró sola, Regina marcó el número dado y para su sorpresa, el comisario atendió. Después de enterarse del motivo de su visita, confirmó que en las palabras de Ruby no había vestigios de mentira alguna, ya que el comisario le afirmo que había sido muy bien recibido por "Allison"

InfidelidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora