Algunas semanas después
«Ya ha pasado mucho tiempo y no ha dado noticias, mamá. ¿No estás preocupada?» preguntó Henry, mientras se preparaba para la escuela
«Henry, está ocupada y quizás no quiera volver más. Por favor, concéntrate en los estudios, en tus nuevos amiguitos y olvida a Emma» dijo Regina
«¿Tú la has olvidado?»
«No, ¡pero ella sí se olvidó de nosotros!»
«¿No va a volver?»
«¡No lo sé, Henry! ¡No lo sé!» respondió exaltadamente «Mira...vamos a seguir con nuestras vidas y si un día ella vuelve, hablamos, ¿está bien?»
«Está bien...»
«Buen chico...ahora vamos o llegaremos tarde»
«¿Puedo acompañarlos? Así me entero de dónde está el colegio y cuando no pueda ir a dejarlo, yo misma voy» dijo Ruby, parada en la puerta
Regina recorrió el cuerpo de la mujer que tenía delante con la mirada, de arriba abajo. Ruby había cambiado radicalmente en los últimos días. El vestido palabra de honor negro, un poco por encima de las rodillas, totalmente diferente a los vestidos largos y estampados que llevaba en la hacienda, realzaba las curvas de su cuerpo muy bien definido. Las piernas largas y bellas quedaban visibles, y los zapatos de tacón que llevaba la hacían aún más alta. Regina no tuvo dudas de que Ruby era una mujer muy atractiva, pero ningún escalofrío recorría su columna cuando ella hablaba. Ninguna llama se encendía en su corazón cuando ella sonría. Nada en Ruby era capaz de provocar alguna reacción en su cuerpo como provocara un sencillo gesto esbozado por Emma.
«Vamos...» dijo ella, saliendo de sus devaneos
El colegio en el que Henry estudiaba pertenecía a Zelena, su único patrimonio, al contrario que Regina, que había heredado todos los bienes de su fallecido padre, desde la hacienda en el pueblo de Storybrooke hasta las empresas diseminadas por Augusta que la convertían en una de las mujeres más rica del estado.
«Buen día, cariño» dijo ella, tras dejarlo en la puerta de la entrada.
«Ciao, ma» dijo él, corriendo hacia el patio
«Ahora voy a trabajar. ¿Quiere que la deje en casa?» preguntó, mientras se ponía el cinto de seguridad
«¿Puedo ir con usted?»
«No creo que le vaya a interesar. Si no quiere ir a casa, vaya de tiendas o algún otro lugar»
«Está bien...no quiere que conozca sus negocios, no voy a insistir» dijo ella, y en silencio, Regina condujo hasta un centro comercial cualquiera y tras dejarla allí, siguió derecho a sus oficinas principales
Encerrada en su oficina, se sirvió una copa de whisky sin tomarse la molestia de ponerle hielo. El alcohol puro le quemó la garganta y solo entonces se dio cuenta de que jamás superaría la ausencia de Emma. Independientemente de ser una criminal o no, independientemente de los motivos que la habían llevado a cometer ese delito, la amaba y se sentía traicionada porque Emma se había marchado sin dar explicaciones, sobre todo por haberse ido junto con alguien que conocía tan poco. Desolada y llena de rabia, se sirvió una segunda copa y luego otra, aunque sabía que borracha o sobria, Emma habitaría en su corazón hasta el último respiro.
«¿Diga?»
«¿Señora Zelena?»
«Sí, soy yo»
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Infidelidad
FanfictionTRADUCCIÓN del fic portugués Infidelidade de Madame Prefeita. Despues de casi arruinar su vida al enterarse de la infidelidad de su esposa, Regina encontrará la cura de sus heridas en brazos de la recien contratado niñera de su hijo, Emma Swan. Sin...