«Henry, lo que me estás pidiendo es imposible» dijo Zelena, sobresaltándose en la silla
«Emma estudió Literatura y yo saqué la mejor nota en el trabajo gracias a su ayuda»
«Henry, entiende que...»
«Tú eres dueña de la escuela y puedes contratar a quien quieras» interrumpió él «Sé que la actual profesora de Literatura va a jubilarse y que tienes que contratar a una nueva. Por favor, tía...necesita un trabajo»
«Las cosas no son tan fáciles como piensas. No soy quien selecciona, quiero decir, yo selecciono pero hay un tribunal...»
«Pon su nombre en la lista de los candidatos, pero por favor, no le niegues una oportunidad»
«Está bien...voy a hablar con ella sobre eso»
«¡Gracias, tía!»
Ya pasaban de las doce cuando Regina llegó a la escuela para recoger a Henry. El repentino entusiasmo le llamó la atención, y movida por la curiosidad, le preguntó a qué se debía aquella gran sonrisa estampada en su rostro. En respuesta, Henry afirmó que se trataba de un cambio de profesores, diciendo que la actual profesora no era muy de su agrado.
«Henry...Ruby almorzará con nosotros y me gustaría que fueses más amable con ella» dijo Regina, y la sonrisa se deshizo
«Está bien que tú finjas que te gusta, pero no me pidas que haga lo mismo» dijo
«¿Por qué no te gusta?»
«No sé. No me gusta. ¿Y tú por qué finges que te gusta?»
«No finjo, me gusta»
«No es verdad. Lo haces para olvidar a Emma»
«¡Por más que lo intente, es imposible olvidarla contigo hablando de ella todo el rato!» exclamó. El tono exaltado de su voz hizo que Henry se encogiera, y con el propósito de evitar la discusión, él prefirió no contestar a lo que ella había dicho.
Tras el almuerzo, y por insistencia de Ruby, Regina la acompañó junto con Henry al centro comercial del centro de Augusta. El clima se volvía difícil de soportar cada vez que Ruby intentaba ser amable con él y cuando no recibía una respuesta desagradable, sencillamente era ignorada.
«¿Qué te parece este vestido, mi amor?» preguntó ella, y antes de que Regina pudiese responder, Henry tomó la palabra
«Pareces una mierda de una sirena» dijo él, y sin poder evitarlo, la vendedora intentó inultamente ahogar la risa
«¡Henry! ¡Basta de ser malcriado!» exclamó Regina, claramente enfadada
«Deja, Regina...tampoco me gusta» dijo ella, volviendo al probador
Al final de la tarde, después de volver a casa, Henry se distrajo con un videojuego en su cuarto, mientras que Regina se tiró en su cama atormentada por los recuerdos de Emma. Por más que lo intentara, no salía de su cabeza.
«Tengo que olvidarte...necesito olvidarte» susurraba, mientras el lacerante dolor provocado por su ausencia parecía crecer en su pecho.
Emma estaba con la mirada perdida en un punto impreciso de la sala, y solo se despertó del trance en que se encontraba cuando el sonido del timbre resonó en la estancia.
«Dr. Víctor, entre por favor» dijo ella, apartándose para que él entrase
«¿Cómo lo lleva todo, Emma?» preguntó él
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Infidelidad
FanfictionTRADUCCIÓN del fic portugués Infidelidade de Madame Prefeita. Despues de casi arruinar su vida al enterarse de la infidelidad de su esposa, Regina encontrará la cura de sus heridas en brazos de la recien contratado niñera de su hijo, Emma Swan. Sin...