DOCE

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CAPÍTULO DOCE

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CAPÍTULO DOCE.

      —Entonces, ¿quién más estará aquí?—, inquirió Garrett, apoyando su cabeza entre el espacio de los dos asientos delanteros

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      —Entonces, ¿quién más estará aquí?—, inquirió Garrett, apoyando su cabeza entre el espacio de los dos asientos delanteros. Su rubio cabello cubría parte de su rostro antes de que lo soplara al otro lado y sus ojos rubí observaran a la pareja.

      Vi se encogió de hombros, notando los árboles familiares de la residencia Cullen acercándose —. No lo sé, yo para empezar.

      —La mayoría de los amigos de Carlisle, a quienes conocerían si ustedes socializarán alguna vez—, replicó Emmett, girando momentáneamente para mirarles.

      —Culpa al hombre a mi lado, él es un gruñón—, contestó el rubio.

      —Me gusta mi privacidad, es la diferencia—, murmuró Stone, tirando de su amiga hacia atrás nuevamente de forma juguetona. Garrett le sonrió, empujándolo hacia la ventana —. Además, creo que puedo nombrar a algunos. ¿Las mujeres Denali vendrán o tampoco participaran esta vez?

      —Bella dijo que ellas estarían aquí—, respondió Vi —. Sólo podemos esperar que no mintieran.

      — ¿Alguien más? ¿Tal vez Rosalie?—, curioseó Garrett, su sonrisa alzó las cejas de Violet y se giró para ver a Emmett apretar los dientes y sus manos se cerraron con fuerza sobre el volante.

      — ¿Quién es Rosalie?

      Emmett giró su cabeza, notando el considerable crecimiento entre las cejas de Violet y sus curiosos ojos. Él no mantenía secretos de Violet, los secretos no eran exactamente su fuerte, pero si era honesto, Rosalie había pasado de su mente. La rubia era notoria por mantenerse por sí misma, ella prefería la soledad y usualmente se encontraba en Isla Esme mientras disfrutaba del sol, por lo que creyó que ella nunca volvería a aparecer, pero todo parecía una posibilidad ahora.

      Emmett succionó aire, sintiendo su garganta apretarse mientras conducía más lento y el tiempo parecía transcurrir con rapidez mientras el rostro de Violet perdía la paciencia.

      Afortunadamente, ellos llegaron antes que él contara con la habilidad de responder y Renesmee ya estaba saltando contra las puertas del auto.

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