Cosas de fandoms

Candace

Connor estaba más que aburrido. Mark había salido a dar una vuelta con Lucy, su hermana no estaba y Amber le había llamado hacía media hora para decirle que no podía salir con él porque iba a salir de compras con su madre.

Había decidido bajar al videoclub para hacer un par horas extras y conseguir algo de dinero. Pero ni siquiera allí había ambiente. Solo había ido una pareja mayor a buscar Lo que el viento se llevó, y mucha conversación no le habían dado.

Así que ahí estaba, cambiado las películas viejas del mostrador por otras más modernas, para ver si así conseguía atraer la atención de gente joven.

Cuando acabó, se sentó en la banqueta del mostrador y se quedó mirando su móvil, leyendo los mensajes de Amber. Le mandó uno nuevo preguntándole como estaba, pero la chica debía de estar teniendo una buena tarde de compras con su madre, porque no contestó.

—¿Connor?— oyó que le llamaba una voz femenina.

Levanto una cabeza y vio a una chica pelirroja con el pelo rizado y ojos verdes. La chica le sonreía y le saludó con la mano, aunque él no la reconoció.

—¿Qué pasa, no te acuerdas de mí?— le preguntó la chica, acercándose al mostrador.

—Umm, no— contestó él, sintiéndose estúpido.

La chica soltó una risa. Era guapa, Connor no tuvo más remedio que admitir, y además su sonrisa era muy bonita.

—Bueno, la última vez que nos vimos iba disfrazada de Leia, así que te lo perdonaré— le dijo la chica, sonriendo.

Connor abrió los ojos, sorprendido.

—¿Candace?— probó. Ella asintió. Connor se rio y salió de detrás de la barra para abrazarla.

Los dos se habían conocido a los cinco años, en el colegio. Ambos habían visto Star Wars tantas veces que se habían acabado aprendiendo los diálogos. Y sí, la última vez que se habían visto había sido el año anterior, cuando ella se disfrazó de Leia y él de Luke, para una convención de Stae Wars que había en el Fnac. Después Candace se fue, se mudó a Barcelona con sus padres y Connor no volvió a verla.

—¿Qué estás haciendo aquí?— preguntó él, soltándola.

—Bueno, a mi padre le han contratado en una empresa por aquí cerca, así que me parece que me vas a tener revoloteando por aquí bastante tiempo.

Connor soltó una carcajada, acordándose de lo dicharachera que había sido siempre su amiga, muy parecida en ese sentido a su novia. Entre Amber y Candace, estaba claro que no se iba a aburrir.

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Besos besosos,

May