Cosas de fandoms

Secretos y confesiones

No quería volver a casa. Al principio había agradecido el apoyo de Lucy y su madre, que no se separaban de ella en ningún momento, pero al final resultaba agotador. No quería pensar en Connor. No quería pensar en nada.

Y en casa, con su madre preguntando a cada rato qué tal se encontraba y con Lucy llamando por teléfono cada cinco minutos, no podía parar de pensar.

Lo único que conseguía tranquilizarla era pasear a Chewie. El perro, que aunque le recordaba a Connor un poco, también conseguía distraerla, dando saltos a su alrededor y corriendo de un lado para otro.

En eso estaba, viéndole jugar con un palo, sentada en un banco, cuando Candace apareció.

—Hola— saludó, con una pequeña sonrisa.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Amber, más sorprendida que enfadada. ¿En serio se estaba acercando a ella? ¿Tan poca vergüenza tenía?

—Espera— dijo Candace, sentándose junto a ella, al ver que se levantaba. Ya no sonreía. Ni siquiera la estaba mirando—. Necesito hablar contigo. Solo será un momento.

—No quiero hablar contigo— replicó la castaña, mientras la otra chica apretaba los puños.

—Solo será un segundo— repitió, suspirando. La miró de reojo, y al ver que Amber no sé movía, esperando a que hablara, suspiró de nuevo—. ¿Conoces a... conoces a Sam?

—¿Qué tiene que ver Sam en esto?— preguntó Amber, preguntándose por qué había decidido escucharla.

—¿La conoces?

—La hermana de Connor— sonó más como una pregunta, a pesar de que había visto a Sam más de una vez.

—Sí— concordó Candace, apretando los puños de nuevo—. Ella... ella fue la primera chica de la que me enamoré.

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¡Chan chan chan! Empezamos a conocer un poco más de Candace.

Lo sienro mucho por haber tardado en actualizar, pero Wattpad sigue dandome problemas para actualizar y me tiro mucho tiempo para conseguir subir un capítulo, algo que últimamente no he tenido.

La buena noticia es que esta historia ya está terminada, así que intentaré subir cada semana los cuatro capítulos que quedan.

Besos besosos,

May