Daniel

Capítulo 10

Intento dormir pero me resulta muy difícil así que me pongo a tratar de idear una manera en la que pueda recuperar a Melody sin sentirme inseguro con lo que pueda llegar a pasar, aun que hasta el momento no me ha rechazado puede que más adelante lo haga y eso me pone nervioso.

Me levanto muchísimo más temprano de lo habitual y me alisto. Busco mi auto y aviso a Wilson que me iré antes. Las calles están desoladas a esta hora de la mañana y el viento frío azota contra mi cara mientras me dirijo al apartamento de Mel.

-Buenos días -deposito un beso en su mejilla cuando abre la puerta y sonrío.

Aún está en pijamas, probablemente la he despertado y mientras abría la puerta se iba frotando los ojos. Es muy graciosa.

-Bueno días, ¿Qué haces aquí tan temprano? -pregunta con voz adormilada.

-Quise traer el desayuno y asegurarme de que te alistes con calma -levanto la bolsa del Starbucks-. No vaya a ser que no te bañes bien.

Intento provocarla y funciona.

-¡Claro que me baño bien! -parece casi ofendida mientras se hace a un lado para que yo pueda pasar-. Si estás inconforme con mi trabajo tal vez puedas hacerlo tu.

Gruñe mientras camina hacia el baño y entra cerrando la puerta detrás suyo.

¿Acaba de decir lo que creo que acaba de decir?

Si eso no es una invitación no se qué lo sea aunque realmente no dijo: "Ven y toma una ducha conmigo", pero es casi lo mismo, ¿No?

Dudo un par de minutos y doy vueltas en la sala mientras me devano los sesos pensando en lo que debo hacer. Camino despacio hacia la puerta del baño escuchando cómo el agua cae en cascadas sobre las baldosas y me la imagino debajo del agua, completamente desnuda para mí.

Con mucho cuidado giro la perilla de la puerta casi seguro de que pudo haberle puesto el seguro pero agradezco mentalmente al cielo que no lo hiciera. Sin hacer ruido me despojo de mi ropa y la dejo doblada sobre la primera superficie seca que me encuentro.

Aparto la cortina con cuidado y la veo de espaldas a mí completamente desnuda y mi respiración se acelera de inmediato. Las gotas de agua resbalan por su espalda hasta la parte baja y me pierdo en sus deliciosas curvas.

me acerco a ella por la espalda y aspiro su delicioso aroma sintiendo cómo se tensa bajo mi cercanía. Tomo el acondicionador del cabello y exprimo un poco en mi mano para frotarlo y aplicarlo con suaves círculos en su cabello húmedo. Cuando he terminado le quito la esponja de las manos y la lleno de jabón.

-Date la vuelta -ordeno pero en mi interior suena más a una súplica.

Hace lo que le digo con tanta lentitud que casi puedo sentir que voy a sufrir un ataque cardíaco por la espera.

Paso la esponja con cuidado por sus hombros y me deslizo por su clavícula disfrutando de cada centímetro de su impoluta piel. Bajo por sus brazos y los lleno por completo de jabón antes de bajar por en medio de sus pechos muy lento. Cuando me encargo en enjabonar sus pechos, sus pezones despiertan ajo mis caricias y empuja levemente hacia mis manos pero no me entretengo mucho en ellos y sigo bajando hasta el vértice en sus muslos.

-Abre las piernas -me agacho y tengo ante mi su preciosa intimidad.

Obedece de nuevo como a uno por hora hasta que me permite pasarle la esponja y descender por la cara interna de sus muslos, bajando por sus largas piernas hasta sus pies.

-Ahora date la vuelta -me cuesta trabajo hablar pero me reconforta saber que obedece mi orden con mayor eficiencia que las dos anteriores.

Ahora hago mi recorrido con la esponja de manera ascendente por su pantorrillas, subiendo por la parte trasera de sus muslos y llegando por fin a su lindo trasero en donde me entretengo por un poco más de tiempo. Subo por su espalda hasta llegar a sus hombros y darle un breve masaje.