Capítulo 7

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(Continuación)

No sabía cuánto tiempo llevábamos así, pero supongo que lo suficiente como para estar sólo en ropa interior.
Sí, estábamos a punto de tener sexo en el baño de la universidad.

-Luke, por favor...- supliqué.

- ¿Por favor, qué?- sonrió burlón, acariciando mis piernas que estaban a cada lado de su cadera.

-Sólo haz algo... por favor- apenas terminé de decirlo metió su mano dentro de mis bragas. Estaba tan húmeda que me daba vergüenza pero ahora el placer era más grande que eso.

-¿Te gusta, no? Te gusta cómo te acaricio y te hago sentir, y te gustaría aún más que te metiera los dedos tan fuerte que no puedas ni gritar.- Gemí en respuesta y empujé su cabeza hacia la mía para fundirnos en un fogoso beso.
Sentía que pronto acabaría y justo cuando estaba a punto, tocaron la puerta.

-Mierda.- susurró.
Nos separamos y me bajé de la larga pila de lavamanos, buscando mi ropa.

-¿Hay alguien ahí?- dijeron desde afuera.
Mi sangre se puso helada por unos segundos.

-¿Por qué mierda ahora? Estaba a punto de meterte los ded-

-¡Cállate Luke! Haz algo, joder- Susurré/ grité. Luke suspiró y se abrochó los pantalones. Tres golpecitos sonaron.

-¿Hola?-

-Dí que te equivocaste de baño y la puerta la cerraron contigo dentro. Yo me esconderé dentro del cubículo. - ¿Me estaba tomando el pelo?

-¿Estás loco? ¿Por qué yo si tu fuiste quien..

-Deja de ser tan necia por un momento y hazlo, Alana. Me estresas.- se escondió dentro.
Suspiré.
Después de todo sé mentir muy bien.

-Última vez que pregunto; ¿Hay alguien..

-¡Sí! Lo siento, estaba asustada, ¡Ayudeme por favor!-

-¿Qué hace una chica dentro del baño de hombres? ¿Acaso estaban..

-¡No!- grité fingiendo indignación. Me acerqué a la puerta para que me escuchara mejor. Dios, esto es una puta locura. - Simplemente me equivoqué de baño, y cuando terminé de... de hacer lo que tenía que hacer- Qué puta vergüenza. -Me di cuenta que la puerta estaba cerrada con llave. Y que es el baño de hombres y ¡agh! ¿Puede simplemente abrirme la puerta? No soporto un segundo más aquí, apesta a... hombre sucio.- Sentí la risa ahogada de Luke. ¡NO ENTIENDO LA PUTA GRACIA! .

-Tranquila pequeña. No me trates como un anciano.- reí.

-Bueno, entonces ¿Me puedes abrir la puerta por favor?- rió.

-Mucho mejor. Espera un momento, iré a buscar al conserje.- Asentí.
Uy, qué tonta. No me podía ver.

Me sobresalté al sentir que la puerta del cubículo donde estaba Luke, sonó fuertemente.

-¿Qué demonios te ocurre?-
No dijo nada. Sólo escuchaba su respiración. -Oye, Luke, ¿Estás bien?-

-Sí, estoy bien.-

-¿Qué fue eso?-

-Nada que te importe.- Puse mis ojos en blanco. Este tipo podía ser muy bipolar, no tenía casi discutir con él.

La puerta comenzó a sonar y se abrió.

-No recuerdo haber cerrado esta puerta.- dijo el anciano.

-Tal vez fue algún tipo haciéndose el payaso.- Me encogí de hombros.

-Yo no fui.- Dijo el que estaba detrás del anciano. En ese momento no sé que me ocurrió; pero sentía que estaba hipnotizada. Sus ojos eran grandes y de color miel. Su cabello negro y peinado hacia arriba; como el de Luke, pero el de este chico estaba un poco inclinado hacia el lado y corto de los lados.
Estaba demasiado guapo. ¿Por qué todos los chicos aquí son perfectos? - No me mires tanto, que me gasto.- Dijo con diversión. Sentí mis mejillas arder.

Muñeca del sexo.||L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora