La luz del poste de la calle, parpadeaba como lo hacen las estrellas en el firmamento. Una polilla revoloteaba y luchaba con todas sus fuerzas por salir del foco en el cual se encontraba atrapada, cuando vi, cómo el auto rojo que conducía Melanie, se perdía del alcance de mi vista, al doblar por una esquina. Me quedé allí parado, confundido e inmóvil frente a la puerta de mi casa, sin saber qué hacer.
Desesperado, busqué las llaves en el bolsillo de mi pantalón y entré a casa, tiré la maleta que fue a parar contra la pared del pasillo, escuchándose un estruendoso y seco golpe. Me sentía desencajado y con la desagradable sensación de que todo se había salido de control. Me tomé la cabeza con ambas manos. Caminé de un lado para otro, implorando que nada estuviera perdido. Fui al baño a mojarme la cara. La sentía ardiendo de rabia e impotencia por mi reacción, pero principalmente por la forma en que Melanie se había tomado la noticia que le di. Abrí la llave del lavamanos y puse el tapón en él. Cuando estuvo lleno a tres cuartos de su capacidad, sumergí mi cara en el agua y por un breve lapsus de tiempo, sentí la agradable sensación de que ella acariciaba la piel de mi rostro.
– Esto no puede estar pasando, James –, repetí una y otra vez, en voz alta al sacar mi cabeza y con el agua fría escurriendo bajo mi polera.
Me quedé inmóvil frente al espejo por algunos momentos, lograba observar mi reflejo, pero la única imagen que realmente habitaba mis pensamientos, era Melanie y la idea de que todo lo que habíamos construido hasta ahora, estaba a punto de desmoronarse frente a mis ojos. En un arrebato lleno de ira, golpeé con mi puño el espejo, trizándose en mil pedazos, reflejando mi rostro en cada uno de ellos como una figura de mosaico. Producto de la adrenalina que corría por mi cuerpo, me llevó un rato darme cuenta que mi mano sangraba a raudales. Al ver correr la sangre por el lavamanos y diluirse en el agua, me asusté y comprobé que fue una pésima idea descargar mi rabia contra el espejo, porque esta no se había ido del todo y además, ahora había sumado un nuevo problema; un tremendo dolor en mi mano derecha.
Tomé lo primero que vi, una pequeña toalla blanca, para detener el sangrado, cubrí mi hinchada mano en ella y salí del baño en dirección a la cocina en busca de una bolsa de hielo para disminuir la inflamación. Volví al living y me dejé caer en el sofá. Con mi mano sana, la izquierda, tomé con torpeza mi celular para llamar a Ángela. Necesitaba hablar con alguien, desahogarme y saber que todo iba a estar bien, que aquella discusión con Melanie se podía solucionar. Marqué su número y no tardó en contestar mi llamada.
– Aló, James, ¿qué sucede?
– ¿Estás ocupada? Necesito hablar contigo.
– No, estaba a punto de acostarme, pero dime ¿pasó algo malo?
Le conté todo lo que había sucedido durante la cena en casa de Melanie, la discusión en el auto y mi genial idea de golpear un indefenso y viejo espejo de baño. Traté de no omitir ningún detalle, aunque probablemente lo hice, producto de mi nerviosismo. Estaba muy angustiado y desesperado.
– Tranquilo James, mañana podrás hablar con ella –, repetía Ángela para tranquilizarme.
Conversamos por horas, repasando los eventos una y otra vez, ella amablemente se ofreció a venir a hacerme compañía para que no estuviera solo, pero le dije que no era necesario, dado que me había tranquilizado un poco. Lo cual en parte era verdad, pero también mi orgullo me decía que no podía mostrarme en ese estado. Haría caso y mañana intentaría hablar con Melanie. Me iría a la cama, porque además estaba agotado por el viaje. Entre tanta conmoción, mi cuerpo ya iniciaba su proceso natural de comenzar a desconectarse para ir a dormir producto del cansancio. Nos despedimos y me fui a mi habitación deseando profundamente que llegara rápido la mañana siguiente.
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Mi tiempo contigo
RomanceJames Green es una estrella de rock, quien tras protagonizar un bullado escándalo en un conocido bar Neoyorkino, es detenido en el aeropuerto al regresar a Chile. Pronto descubrirá que ese no es el motivo de su detención. Melanie Gómez es una joven...