Capítulo 8

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Tres años antes

– ¿Aló?

– Buenos días, Melanie, soy Alexia Santander, del periódico "Imperio".

Mientras escuchaba las palabras de la mujer, me levanté de un salto de la cama. Tuve el presentimiento que recibiría excelentes noticias del otro lado del teléfono.

– Buenos días, Alexia –, saludé.

– Te llamo porque hace un par de semanas recibimos tu solicitud para realizar tu práctica profesional en nuestro diario. ¿Todavía estás interesada en el puesto?

"Imperio", era el periódico más destacado del país, y realizar la práctica en dicho lugar, me abriría muchas puertas en el futuro.

– Claro que me interesa y estoy absolutamente disponible.

– Entonces, te espero para una entrevista esta tarde a las tres en punto.

Acordamos todos los detalles de la cita y mi corazón latía a mil por hora, sentía que la oportunidad que ya daba por perdida, se estaba presentando ante mí. La mayoría de mis compañeros de clase, habían postulado al mismo lugar para hacer su práctica, a algunos los habían entrevistado pero no tuvieron éxito. Sabía que era mi momento para brillar y demostrar por qué siempre he sido la primera de la clase, a pesar de mis constantes atrasos. Decidí que ese día rompería con mi mala fama de chica impuntual. En cuanto corté el teléfono quise llamar a mi novio para contarle la buena nueva, pero miré el reloj y recordé que en ese momento debía estar abordando el avión para regresar a Chile, luego de unos shows íntimos para la comunidad latina en Los Ángeles, California.

A las cuatro de la tarde, salí del edificio con una sonrisa de satisfacción en mi rostro. A pesar que el cargo ofrecido era para incorporarme al área de espectáculos y farándula, estaba entusiasmada, ya que si tenía éxito en aquel periódico, con el tiempo podría cambiarme a otro departamento, porque para ser honesta, la farándula no era algo que me apasionara. Dentro de la próxima semana me llamarían para comunicarme, si era elegida para el puesto o no. Caminé hacia el metro conforme con mi desempeño en la entrevista y en el test psicológico, no quise que ningún pensamiento negativo habitara mi mente, quería disfrutar ese momento que en lo más profundo de mi cerebro, esperaba que me diera mi primer gran éxito laboral.

Cuando llegué a casa, estaban mi mamá y Daniel, ella me preguntó acerca de la entrevista y le pedí que no lo comentara con nadie, había decidido guardarlo en secreto, para que en caso de ser la elegida, darle una gran sorpresa a toda la familia, incluido James, quien prácticamente ya era parte de la casa. Daniel lo adoraba, sobre todo cuando él, le regaló una mini batería, diciéndole que al crecer, sería el nuevo baterista de la banda. Mi madre también lo quería, desde el primer minuto, supo que James era un chico que jugaba a ser rudo, ocultando el poco amor recibido por sus padres. Había crecido en una familia cuyos negocios y dinero eran prioridad. A mi hermana le caía bien, aunque siempre me aconsejaba no bajar la guardia, porque los músicos, según ella, eran los hombres más infieles que pisaban la tierra, además su novio y James, se habían vuelto buenos amigos, cosa que no le agradaba mucho cuando salían de parranda. Mi padre lo trataba bien, mantenían largas conversaciones, pero siempre manteniendo cierta distancia, tal vez, tenía miedo de darle su aprobación y que al cabo de unos meses lo convirtiéramos en abuelo, como lo hicieron Sandra y David. Y para mí, James lo era todo, era quien hacía ya dos años, caminaba conmigo de la mano, quien me animaba tras mi mala suerte de llegar tarde casi a todas partes, quien me hacía soñar más despierta que dormida, quien me hacía sentir bonita, incluso, cuando despertaba o estaba de un humor fatal, era un chico dulce que alegraba mis días, era quien me amaba y a quién yo amaba, por quien yo vivía.

Mi tiempo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora