"Un día contigo"

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Narra Derek.

Caminabamos entre las lápidas de aquel lugar sin vida ni alegria, el silencio era algo verdaderamente incómodo pero ninguno de los dos estabamos dispuestos a romperlo.
En mi mano llevaba una rosa blanca.
Le había pedido a Axel si podía traerme al cementerio a ver a mi madre, no quería que este día terminase sin que yo vaya a verla...

Al leer " Isabel" me coloqué de rodillas frente a la lápida, pude ver un hermoso ramo de flores, que seguro lo habra puesto Juana, colocando la rosa junto a éstas me dispuse a hablar.

- Hola mamá- dije en un hilo de voz.- Te extraño, no sabes la falta que me haz hecho. Daría cualquier cosa por poder verte tan solo una vez y poder entender lo que es el cariño de una madre. Quiero un abrazo tuyo. Quisiera haberte conocido .Tú jamás tuviste que haberte ido; debí ser yo el que haya muer...- Unos brazos cálidos me rodean por la espalda interrumpiéndo, me había olvidado por completo que Axel estaba aquí.

-No digas eso. Se que no soy absolutamente nadie para decir esto, pero ¿Crees que a tu madre le hubiera gustado tener que oírte decir estas cosas? Puedo apostar lo que sea, a que ella lo unico que quiere es verte feliz... Yo tambien quiero que lo seas- Susurra en mi oído sin cortar áquel abrazo.

- Gracias - Dije y se separa de mi. Luego pasa sus dedos por mi rostro quitando unas finas lágrimas que descendían en mis mejillas.

"Yo tambien quiero que lo seas"
Axel no dejaba de dar vueltas por mi mente, en tan poco tiempo. Si tan sólo, pudiera aclarar mis dudas sobre lo que siento por él.

- Ahora dibuja en tu rostro esa linda sonrisa que tanto me gusta, vamos - y tomándome de la mano me saca de ese lugar...

***

Narra Axel.

Sentados en una de las mesas de afuera de la cafeteria esperábamos por las malteadas que pronto traerían.
El fin de traerlo aquí, era lograr conocernos un poco mas y sorprenderlo.
Su mirada estaba en los árboles del lugar, mientras que la mía estaba en él.

- ¿Qué te parece si hacemos el juego de las preguntas?- Rompo el silencio recibiendo una mirada confusa de su parte- Ambos nos hacemos preguntas, para conocernos -.

- Está bien, pero comienza tú-. Dice sacando la vista de los árboles y clavandola en mí.

¿Que podía preguntarle? Eran muchas las curiosidades que tenía sobre él, pero tampoco quería quedar como un acosador.

- ¿Qué es lo que mas te gusta hacer?-. Pregunté lo primero que se me había venido a mi mente, que por el momento se encontraba en blanco.

- Leer- Respondió al instante y sin dudar ningún momento. Le indique que le tocaba a él preguntar- ¿En dónde estudiabas antes?-.

- En Europa. Años antes, no pasaba tiempo en mi casa, salía al mirador y me quedaba allí por horas cuestionando todo lo que ocurría a mi alrededor. No fuí por un año a la escuela, cosa de la cual me arrepiento, y mis padrinos creyeron que lo mejor iba a ser que me vaya a estudiar a otra parte y despejar mi mente. Agradezco eso, disculpa, creo que me fuí de la respuesta-. Sonreí apenado.

- Aquí traigo su pedido-. Aparece una señora que nos deja dos malteadas en la mesa: una de chocolate y otra de fresa.
Al ella retirarse, cada uno toma la que había pedido y llegó el momento de darle a Derek, el ultimo regalo.
Estoy seguro de que le gustara, o al menos eso es lo que más espero.

- Derek...- Lo llame logrando su atención-... ¿Por qué es Benjamin Olsen tu escritor favorito?-  Deja la malteada a un lado y me responde.

- Es algo muy dificil poder transmitir tantos sentimientos con palabras, pero aún así, él lo consigue. Sus historias pueden hacerte reír, llorar, hasta las dos cosas al mismo tiempo. Todas sus obras son de esas que no puedes dejar de leer- Hace una pausa- ¿Cómo sabes que es mi escritor favorito? Jamás te lo he dicho-. Pregunta demasiado confuso.

Esto no debería ser así... [ Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora