Agobiante es la razón

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¿A caso he dejado de ver?
El trayecto de lo lejano, la mirada de lo sincero,el ungüento catastrófico de agobiante persuasión, el habito de lo delirante o la emancipación de todo lo ajeno al incremento de lo eterno, de nuestro más grande amante, aquel suspiro de los infinitos campos del "conocimiento".

¿A caso he dejado de soñar?
Es una máscara de lo real, pero tal vez es indignante su ausencia, lo vemos como nuestro, todo es posible, pues no somos ajenos al cuestionar, nadie lo es, solo que algunos conforman su existencia a lo más lejano a la razón, tal vez por miedo a ella, o el presentimiento de lo inevitable, aquel vicio que no podrán despreciar, mucho menos dejar, aquella probabilidad de sumergirse a lo que conocemos como "locura".

¿Locura o claridad?

Tal vez ambas, tal vez una o quizá ninguna, no podemos saber en lo que estamos inmersos, no podemos apelar por aquello que aún nos preguntamos, nos satisface la sensación de aclaración pero nos perdemos ante ella, huimos de lo difícil y amamos lo "alentador", claros intentamos estar pero seguimos estrujando la conciencia, locos nos llamamos algunos sin embargo jugamos a lo real, suponer nuestro estado es caer en lo indigno.

¿Quiénes somos para pretender la aclaración?

¿Para regocijarnos de lo que no somos?

¿O de lo que suponemos ser?.

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