¿Acaso he agobiado mi razón, mi propósito o mi simple existir?, congelando mi estado emotivo, ingiriendo penumbras sin regurgitar la elegancia que me mostro, al extremo de necesitar apreciar, el agobio era menester, suponiendo que no me estoy mintiendo, me atrevo a decir que no volveré más.
Es eterna la vagancia de mi pensamiento, hasta omitir el punto de no aclararme más, amaneceres asfixiados de letras y de "admirar".
¿Admirar?
Aquella bella dama, la misma que me osa a ignorar, soy esclavo de la espera, pero me aterra olvidar, pues está en mi naturaleza descartar todo aquello que mi honra y conducta puede afectar, me mira fijo, rodea mis expresiones mientras la leo, en un escaso pretexto para poderla "admirar".
¿ Será posible?, una sonrisa escapa y eso no podía pasar.¿Puede ser ella?
Sí, es ella, cuyas letras me llenan hasta tratar de aclarar, el conocimiento es la musa, o talvez, la mirada misma de aquella cuyo más alto vicio es, mis letras poder admirar, aunque obsequié la herencia misma, aquel libro barroco que espero pudiese aclarar, lo que hoy hice sublime porque recuerden, omitiendo estoy el punto de volverme a desobstruir o salir de la enajenación.
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Mercenario De Ilusiones
PoesiaSomos locura, claridad o enajenación, afirmamos, refutamos o cuestionamos, ignoramos, admiramos o nos apiadamos, somos todo y a la vez nada, eso es parte de nuestra raza, tan "superior" pero a la vez "inferior", pero yo no soy nadie para sublimar es...