Muerte temporal

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Calme la pena que sostenía la penumbra, esta vez estaba listo y preparado, aunque sin mentir un poco asustado, resbale en un desbalance ensordecedor, clame y jamás se me escucho.

Murió asfixiado el mercenario de ilusiones, no pudo contra si mismo y sus convicciones, desvariado y entumido, desvalorizado y adolorido, entendió el destino, aprendió del olvido que así mismo su legado no iba ser comprendido.

Despojado y amarrado, amordazado y arrinconado así fue sentenciado sus últimos días, un enfermo razonable pisado por la sociedad.

Mercenario De IlusionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora