—¡Kano! —llamó una mujer, de cabello negro hasta los hombros combinado con líneas rojas oscuras.
—¿Por qué tanto entusiasmo? —preguntó la otra joven mientras separaba la máscara metálica y la depositaba sobre el colchón. La melena de la chica era hasta la cintura, de un tono acaramelado tirando rojo y lacio. Habían vuelto a un departamento algo deteriorado después de alejarse del inspector, en donde se aloja Kano. Las cuatro paredes de la habitación estaban cubiertas de un color crema gastado; y en el suelo había cajas esparcidas por dondequiera.
—Sólo que... me emocioné, ¡me has llamado Kami! —exclamó rebalsando de alegría, mientras daba pequeños brincos alrededor de la habitación. Kano rió por de bajo, mientras ocultaba su sonrisa con el dorso de su blanca piel.
—Me gusta más tu nombre real —admitió—. ¿Me harías un favor, Toki?
—¿Sí? —preguntó, mientras se detenía en brincar. Kano expresó una facción que Toki no había visto durante años; cansancio y dolor. Ese semblante sólo se presentó una vez en la vida de Kano; cuando se enfrentó contra los "hermanos". Aquel combate sigue aferrándose en las pesadillas de Kano, razón por la cuál se ha vuelto más fuerte.
—Quiero que vayas a Anteiku, ve y ruegales si se puede detener esto —señaló sus dos kagunes—. Llevo dos meses, y me estoy quedando sin energías.
—¿Conoces a la gente de Anteiku? —preguntó impresionada.
—Sí, los conozco a todos, pero ellos a mí no, excepto alguien.
—Entiendo. Iré ahora Kano —dijo con una mirada rodeada de tristeza, y, al instante, desapareció de la habitación. Toki caminó hasta Anteiku por las oscuridades; porque, se había colocado su capa y su capucha para que no visualizaran su identidad. Cuando llegó, empujó la puerta suavemente, y pudo visualizar a una camarera de cabello azabache, tapando su ojo derecho. Entró a la tienda y los clientes rápidamente fijaron su vista al ghoul. No le importó. Siguió su transcurso hasta llegar a la azabache, sorprendiéndola.
—Quiero hablar con el dueño —su voz salió distorsionada gracias al pequeño aparato que había diseñado Kano para que nunca pudieran descubrir su identidad.
—¡¿Ahh?! ¿Y tú quién eres? —preguntó la pelinegra frunciendo el ceño. Un hombre peliblanco que llevaba un saco totalmente negro apareció en escena y posó su mano sobre la azabache—. ¿Yomo-san?
—Déjalo pasar.
—Agh, está bien. Pero si veo que intentas hacer algo fuera de lugar, te mataré —amenazó la joven mientras le guiaba hasta una sala; sillones, una librería, de todo, un poco. Toki dejó caer su anatomía sobre el sillón, mientras Yomo se colocaba contra la pared y la azabache se sentaba.
—Vengo a recurrir su ayuda porque mi líder está en peligro. Sus kagunes no se han guardado desde ya hace dos meses, y, como es un ukaku libera demasiadas Células Rc, lo que causa una disminución de energía y, para impedir esto, mi líder ha estado recurriendo al canibalismo e incluso es responsable de varios homicidios —explicó entrelazando sus dedos nerviosa. La pelinegra estaba impactada, pero por el contrario, el semblante de Yomo era inexpresivo. Algunas muy pocas personas sabían la existencia del clan del Tsuyo, que, perduró durante siglos bajo los túneles, sin darse a conocer a la sociedad. Gracias a Kano, quien heredó el puesto de líder de este gran clan, el Tsuyo pudo hacerse conocido por primera vez durante la existencia del clan.
—Esto me pasó una vez —comentó el peliblanco cruzándose de brazos, mientras la azabache exclamaba un "¡¿En serio?!" muy sorpresivo—. Esto pasó hace mucho, cuando sobrepasé los límites para comer, tuve más Células Rc de lo normal, por lo que mi kagune se mantenía en alerta cada instante. Para parar esto, recurrieron al proceso en donde me encerraron en una sala de cuatro paredes pequeña, en donde no introduje ninguna comida. Luego, al pasar cinco días, mi kagune volvió al proceso normal. Y fue ahí cuando me explicaron; cuando las Células Rc son más que las que normalmente deberían de estar en un ghoul, sucede que el kagune al estar compuestas por Células Rc éstas tienden a estirarse para hacer un hueco a las nuevas Células; al hacer esto, estás cometiendo el error de que tu kagune se muera junto con tu existencia. Teóricamente, si no pasa esto, podrías convertirte en un ghoul weird*, aun que nunca se ha visto uno.
—Entonces, debo dejar que mi líder se adentre al infierno de un ghoul, ¿verdad? —preguntó Toki seria. Se reincorporó, tomó una bocanada de aire y dijo:—Está bien. Creo que no necesito más información.
Comprendió que si su líder entrara por la puerta de aquel infierno el cual ningún ghoul le encantaría atravesarla debería de encerrarla en los túneles; allí, hay una sala especial la cual fue creada por ghouls para ghouls cuando éstos se volvían maniáticos. Toki desapareció de la sala, entonces la azabache aprovechó la situación y separó sus labios para decir estas palabras:
—¿Por qué le has dicho toda esa información?
—¿Oh? ¿A qué te refieres? —preguntó Yomo mientras sus pies se dirigían a la puerta, y antes de cruzar el umbral la pelinegra respondió.
—No sueles hablar mucho. Y es más extraño con un desconocido —el peliblanco volteó su cuello y le dedicó una sonrisa cínica acompañado con esos ojos inexpresivos.
—Sólo me trae viejos recuerdos. Te recomendaría no merodear por allí con ellos; tienen peligrosas gentes, e incluso delincuentes. O bueno, al menos, eso recuerdo. No sé cómo será el sistema del Tsuyo ahora, pero, si siguen con la misma actitud anticuada y han podido darse a luz, significa que todo fue gracias a su líder y no a su rey.
Mientras tanto, cuando Toki se dirigía al hogar de su líder, una imagen de una silueta fue lo último que trazó en su mente durante segundos después de sentir un cosquilleo sobre la columna vertebral, y, pudo agradecer que aún no estaba inconsciente por el golpe que se armó al impactar contra el pavimento del callejón; alguien le había golpeado su espalda, empujándola involuntariamente al piso.
—¿Quieres besar el piso, Kami? —aquella voz tan conocida y tan nombrada fue la causante de que Toki se volteara velozmente e intentará huir; inútilmente.
—¡T-T-Tú! ¡Eres ese g-ghoul...! —exclamó atemorizada, mientras sus manos se veían rodeadas de las aguas que se recopilaba por la leve lluvia.
—Así es, Kaneki Ken, un gusto.
Ghoul Weird: un humano tiene aproximadamente 200 o 500 Células Rc, y cuando sobrepasa éstas, lentamente se convierte en un ghoul. Lo mismo pasa con los ghouls, aproximadamente tienen 1000 o 8000 de esas Células, y, cuando éstas llegan a 15000 puede producir que el kagune detenga el procedimiento de guardarse en el ghoul, así que deben permanecer varios días sin alimentos humanos. Pero un grupo de ghouls dijeron que si esto no sucediese, se podría convertir en un ghoul weird, en donde el kagune del ghoul posee a la persona, transformándolo como un kakuja. Luego de que la armadura rodee toda la anatomía del sujeto, el kagune consume el producto del cerebro. En eso, se transforma en un kagune ambicioso de la carne humana. Para cuando el kagune manipule toda la anatomía del sujeto, significa que éste ya ha muerto y que el kagune intentará consumir la mayor gente posible que perciba (ya que, no tiene ojos, ni oídos, se guía por el calor y el frío). Esta explicación no la encontrarás en ningún sitio, porque fue creada por mí para la novela.
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Ookami «Tokyo Ghoul» (#FanficAwards)
Fanfic[Historia apartir de la segunda temporada del anime "Tokyo Ghoul"] ❝ Humanos y ghouls eran lo mismo, hasta que trazaron una línea. ❞ Cuando todo parecía estar en pacífico llega un ghoul oculto tras una máscara en forma de lob...