Querida Leah:
Esta vez vengo a decirte de una manera muy orgullosa que: nos admiró. ¿Y sabes por qué lo hago? Porque somos los únicos amigos que no se han enamora del otro o que todo el mundo ve como novios, ahora que lo pienso tal vez es porque te metí el pie muchas veces mientras caminábamos juntos nada más para reírme de ti estando frente a mucha gente. Definitivamente eso no lo hace alguien enamorado, ¡no vayas a pensar ahora que quiero decirte que te amaba en secreto! Dios, que cliché seria eso, ahora entiendes porque los odio. Lo que quiero decir es que espero que estés saliendo con ese vecino tuyo, porque él si te ama en secreto y a ustedes si los veo como novios, y estoy muy seguro de que si tan siquiera lo intentas podrías enamorarte de Will tan rápido como pestañear, porque estoy seguro que solo espera una mínima señal de que puede entrar a tu mundo para ya nunca alejarse. Por favor, deja que entre a tu mundo y te haga el mejor bien de tu vida. Ahora dime: ¿Cuánto ha pasado, Leah? ¿Un mes, una semana, unos días? ¿Mamá y papá están bien? Por favor, dime que Charlie no se quedó con mi habitación, y si así fue, dile a ese bastardo que le voy a salir por las noches y lo voy a sacar a patadas como solía hacerlo en mis mejores momentos. Aquí todo es muy tranquilo, Dios es muy sabio y me ha dicho que tiene grandes cosas preparadas para ti Me he encargado de reunir a todos tus novios literarios y presentarlos, así que si, tienes grandes problemas llegando aquí señorita. Uno de ellos (ya debes de saber cual es) me cuenta de su hermano, de lo mucho que lo extraña, de lo mucho le dolió dejarlo y verlo tan mal, a cambio él me escucha hablar de ti, de lo mucho que te extraño, de todo lo que me duele haberte dejado y verte tan mal. En fin, te voy a extrañar mucho Leah, aun teniendo a toda esta gente aquí, pero quiero que estés bien, bien sin mí. Sé que puedes ser feliz, te esperan muchas cosas buenas, solo tienes que esperar, a veces, el tiempo se lleva todas esas cosas malas que hemos vivido. También cura heridas, nadie niega que aun estén ahí, pero si nos apresuramos no iremos por buenos caminos. Te quiero Leah, por favor no olvides sonreír hoy, aunque muchas veces te dije fea y sé que eso en parte te hizo insegura, quiero decirte que eres demasiado hermosa Leah. Y lo eres aún más cuando estas sonriendo.
Sinceramente, Allen.
Charlie rió cuando acabo de leer la carta, hace mucho no lo veía reír y me alegra que compartamos la razón de esa risa. Me la devolvió doblada y la guarde nuevamente en su sobre para volver a meterla en mi bolso.
—Creí que te había dejado un mapa del tesoro o algo, no un montón de cartas. —Bromeo.
Me encogí de hombros, sonriendo con nostalgia.
—Allen siempre supo cómo llegar a mí. —Murmure con ilusión.
—Por eso lo digo. Imagine que el idiota habría fingido su muerte y solo se habría ido. Que te habría dejado su ubicación y te irías con él al momento.
—Pues pensamos lo mismo, pero ya ves, tu hermano no era tan predecible después de todo.
Ambos volvimos a reír, sintiendo la nostalgia en el aire. Nos mantuvimos en silencio por un momento, mirándonos sonreír. Charlie era igual a Allen en muchos sentidos, y aun así se veían tan diferentes cada vez que estaban juntos o separados.
Se sonrojó, al notar que realmente no lo dejaría de mirar y aparto la vista.
—Sí, si... —murmuro con vergüenza— me parezco mucho a él. Mamá me lo ha recordado mucho últimamente.
Y una punzada atravesó mi corazón. Estire mi mano y tome la suya por encima de la mesa, sonriéndole de la manera más sincera que podía.
—Pero no eres Allen —le recordé con cautela—. No te va a obligar a actuar como él, ni lo va a reemplazar contigo, solamente eres lo único que le queda ahora. No te vayas a sentir agobiado por ello.
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Dear Leah
Short StoryAllen siempre tuvo presente que no viviría todo lo que le prometía a Leah por culpa de su enfermedad. Aun así, dedico cada momento de su vida a su mejor amiga, para hacerla feliz y darle una vista de lo maravilloso que puede llegar a ser el mundo, i...