En la sala común de Gryffindor hacía frío, y podía sentirlo através de la ropa mojada.
Unas ganas casi incontrolables de gritar se apoderaron de mi garganta y el coraje comenzaba a correr por todo mi cuerpo, haciendo que mis ojos ardieran, amenazando con dejar caer lágrimas de rabia. No podía creer que ese rubio estúpido hubiera derramando la poción sobre mi, ¡aproposito!
Subí las escaleras hacia la habitación que compartía con las chicas y entré directamente al baño sin siquiera tomar mi toalla primero. Quité con cuidado mi ropa, la dejé tirada en el piso y entré en la ducha previamente preparada.
Recogí mi cabello en un moño apresurado para evitar el mayor contacto con el agua.
Comencé a lavar mi pierna a verdadera conciencia, ya que en alguna parte había leído que tener contacto con una poción de olvido a medio hacer por mucho tiempo, causa un raro efecto de olvido de miembros en la parte que ha sido expuesta. En otras palabras: perdería la pierna si no sacaba todo el líquido de ella.
De igual manera, debía ir a ver a madame Pomfrey por si acaso.
«Nota mental: ir a la enfermería cuanto antes.»
Salí de la ducha y hacía un poco de frio, pero no era mucho. Miré el piso y la falda estába hecha jirones; parecía que le hubiera jalado los hilos sueltos a más no poder. Oh, pero Malfoy me las iba a pagar.
Salí del baño corriendo para tomar mi toalla y enredarla en mi torso.
Apenas había hecho el nudo a la toalla, cuando abrieron la puerta de la habitación de golpe y el frío inundó la estancia.
–Blake, ¿necesitas algo? Hermione dijo que deberias de estar… aquí –Harry abrió los ojos a más no poder–. Perdón. No sabía q-que estarías a-así.
La presencia de Harry me sorprendió tanto que ni siquiera se me ocurrió preguntar cómo fue que evadió el encantamiento del tobogán.
–No te preocupes –Tomé la toalla con las firmeza de la necesaria–. ¿Qué querías?
–N-no. Solo quería… saber si estabas bien.
–Lo estoy –dije, y luego un silencio incómodo se apoderó del lugar–. ¿Te molestaría dejar de verme? Es algo incómodo.
–Oh, sí. Claro –dijo, girando sobre sus talones–. Te dejo, hasta que termines –Y salió de la habitación.
No me habia dado cuenta de que estaba reteniendo aire en mis pulmones. Al momento en el que Harry cerró la puerta lo deje salir, más como un suspiro forzado.
Terminé de vestirme y decidí dejar el moño en mi cabello tal y como estába.
Tocaba clase con la profesora Burbage, y mientras bajaba las escaleras devuelta a la sala común, me debatía internamente si debía ir al salón o dirigirme directamente a la enfermería. Opté por la segunda opción. Como decía papá a veces: «Más vale prevenir, que lamentar.»
Al final de la escalera, ví a Harry sentado en un sillón junto a la puerta. Al ser consiente de mi presencia se puso de pie y caminó algo lento hacia mi. Parecía nervioso, y lo atribui a la escena anterior en el dormitorio.
—¿Vienes a clase? –preguntó.
—Tal vez llegue um poco tarde –Su expresión pidió que explicara, y así lo hice–. Ire primero con madame Pomfrey, para asegurarme de que no es nada grave.
—¿Quieres que… bueno, solo si quieres, ¿Puedo acompañarte?
Su rostro se tornó de un tono escarlata, casi tan intenso como el expreso que nos trajo el día anteriro.
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not a mudblood » d.m.
Fanfiction⚠ En esta historia no habrá trama secundaria que tenga que ver con los libros/películas. ⚠ » historia en edición. __________ «No creas por un segundo que me intimidas, Malfoy.» «Puede que no te resulte intimidante, Dashwood, pero admite que sigo sie...