01. Otro verde menos intenso

9.1K 394 70
                                    

Allina y Chace habían llegado de su viaje a Tailandia un viernes por la noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Allina y Chace habían llegado de su viaje a Tailandia un viernes por la noche. Sus cansados cuerpos terminaron en el piso alfombrado de su casa, mientras las maletas caían como domino. El castaño de ojos azules rio con intensidad conforme se revolcaba por todo el piso y decía cosas sin sentido, estaba un poco borracho. Alinna se puso de pie, caminó hasta la cocina y sirvió agua en un vaso, regresó donde se encontraba su pareja y el contenido terminó en su rostro.

—Deja de decir estupideces, por favor —pidió. Chace se carcajeó con más fuerza—. Christopher no estoy bromeando. Deja de revolcarte en el piso como tonto. Ahora ponte de pie y desempaca. Además, tú limpiarás la alfombra, así que por favor, apresúrate.

La joven tomó sus maletas y las llevó hasta su habitación, enseguida comenzó a desempacar ordenadamente, pues no quería más desorden en su casa, así mismo, volviendo a la normalidad su armario. Todo estaba seleccionado por colores y estilos de prenda, al igual que sus bolsos y zapatos. Estaba un poco obsesionada con el orden.

Después de unas horas, Chace subió hasta la habitación medio matándose. Arrastraba las maletas por todo el lugar y de repente se echaba un chiste malo. Allina le ayudó a desempacar y ordenar su ropa también, pues éste en cuanto tocó la suave y gran cama, quedó inconsciente. Se maldijo internamente por haberlo dejado beber demasiado. Esta vez ella durmió en la habitación de visita.

[...]

Allina despertó. Las cortinas oscuras ayudaban a que le fuera aún más difícil el levantarse de cama. Pero después de unos largos minutos en su celular, decidió ponerse de pie. Había dormido con la camisa de Chace, lo cual le recordó que quizá estaría vomitando en su preciada cama. Fue al primer baño que se encontró en la casa y cepilló sus dientes. Después se dirigió hasta su habitación y lo observó más veraniego que nunca. Estaba sentado leyendo un libro, a su lado tenía una bandeja con el juego de té. Su novia frunció el ceño.

—¿No se supone que ahora tienes una resaca de mil demonios? —inquirió acercándose hasta él. Se sentó en una orilla.

—Mamá tiene una receta increíble para ese malestar —espetó intelectualmente centrando su vista en las letras del libro—. ¿Recuerdas que te hablé de mi mejor amigo?

—No lo creo.

—Bueno. Resulta que uno de mis mejores amigos me invitó una cena en el hotel en el que se hospeda, ahora que está aquí en Inglaterra. Algunos conocidos se encuentran aquí por una reunión de alguna asociación en la que muchos actores están relacionados.

—Ve al punto, Chace —insiste.

—Quiero que vayas conmigo.

Esta vez baja su libro para mirar a la mujer. La voz de Chace sonó indecisa. No sabía si era una buena idea haberle preguntado aquello, pues había miles de maneras en las que podía reaccionar. Así era ella. Miró cada detalle de su rostro buscando una respuesta. Sus ojos se entrecerraron un poco y su labio rosa se ladeó un poco. Estaba apunto de decir 'sí'.

promises  ━ sebastian stanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora