Sebastian la llevó a restaurante bastante lindo y cómodo. No era nada elegante, era algo más simple. En éste lugar, platicaron de muchísimos temas que el día anterior no habían hablado, pues su escasa sobriedad se lo impedían. Después de unas horas de estar conversando y riendo, decidieron retirarse. Caminaron no tanto más de un metro, cuando un par de paparazzis estaban cerca de ellos, algunos poniéndose enfrente, tornando a una situación desesperante.
—Fantástico —espetó molesta cerca del oído de su acompañante—. ¿Tenías que estacionar el coche tan lejos, Sebastian? ¿Este que hace aquí en frente?
—Apresúrate —le tomó de la espalda baja y ayudo a caminar más rápido.
Pronto, al librarse de los fotógrafos, entraron al vehículo negro y arrancaron. Allina no estaba muy contenta de que la prensa apareciera. Estaba totalmente en contra de que ellos estuviesen siguiéndolos en sus caminatas o simplemente actuando como una persona normal en alguna calle o lugar público, sin embargo, no podía hacer nada al respecto. Así que intentó olvidarse del suceso anterior.
—Carajo, lo siento. Debí dejarlo más cerca.
—Descuida —comentó más tranquila—. ¿Cómo lo ibas a saber?
Sebastian sonrió para sí. Ella se estaba comportando fantástico en ese día. Realmente, no dejaba de recordarse lo estupendo que lo estaba pasando con ella. Y se rio internamente de eso, pues recapituló como demonios aquella mujer que no lo aceptó un cordial saludo de manos, iba terminar siendo una persona importante para él. Como demonios se iba a imaginar que el haberla invitado a participar en una película con él, sería la mejor propuesta que había dado en su vida. Como demonios se iba a imaginar, que el mejor vuelo de su vida fue al lado de la mujer que ahora tiene de copiloto.
Los recuerdos lo abrumaron. Y lo llenaron de nostalgia, de la buena, de la sana, de la que te llena de vida cuando recuerdas aquellos pequeños fragmentos de tu vida que te llevaron a algo espectacular.
Eran esa clase de recuerdos, que jamás quería que se fueran. En ese momento deseó tener una memoria fotográfica perfecta, para recordar cada centímetro de ella, cada imagen. Después, deseó tener una foto de todos aquellos recuerdos.
—¿A dónde vamos? —inquiere la rubia, al no saber el rumbo que estaba tomando.
Sebastian volvió a la tierra. Miró a Allina, estaba con el celular, pero mirando a su alrededor.
—A que conozcas a mi familia.
Allina abrió los ojos como dos platos redondos. Sintió que en ese preciso momento a su corazón le dio un revolcón de la sorpresa, como su garganta se resecaba.
—¿Qué demonios Sebastian? —exclamó. Sebastian comenzó a reír fuertemente—. ¿Qué es tan gracioso?
—Obviamente no te llevaré con mi familia —aclaró riendo aún.
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promises ━ sebastian stan
Romance𝐏 | Cuando ambos trabajan en el cine es difícil mantener un relación ante los medios de comunicación. ❝Porque no vamos a mantener nuestras promesas. Y sé las consecuencias.❞ cover hecha por el template de templatepsds en tumblr.