16. Arrepentimiento

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Allina atendió la llamada enseguida

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Allina atendió la llamada enseguida. No era de esperarse que, sin duda no era algo que pensaba recibir. A decir verdad, no quería recibirla. Las cosas con Chace, jamás se habían aclarado, ninguno de los dos se acercó al otro para solucionar sus diferencias. La rumana muy en el fondo, no estaba en disposición de tiempo para arreglar algo que ya le parecía tan baladí.

—¿Qué quieres? —contestó.

—Hola —saludó del otro lado con una apacible voz—. Créeme que mi último motivo con esta llamada es molestarte; pero tenemos un problema que solucionar de inmediato. 

—Chace, ya no tenemos nada que solucionar —sentenció con una irritada voz—. Nuestros agentes ya están haciéndose cargo de la casa y...

—Tus padres Allina —se anticipó a responder. Allina se quedó callada unos segundos y Chace continuó—. Necesitamos deshacernos de este conflicto ahora. Tú sabes que terminamos esta relación antes de que se cumplan tus años de trabajo con tus padres.

—¿Dónde estás ahora? —interrogó.

—Estoy en Nueva Jersey, ¿por qué?

—Estupendo. ¿Puedes ir a Nueva York? Manhattan. Necesitamos hablar de esto en persona.

—Claro. ¿Cuándo?

—Mañana mismo te veo en mi casa. ¿Está bien? Te envío la dirección por mensaje. Se discreto, por favor.

—Seguro. Hasta mañana.

Allina colgó enseguida. Se tomó un minuto para relajarse. Se preguntó porque demonios no podía estar tranquila unos días más... estar con su verdadera familia. Exhaló e inhaló un par de veces. Esto la frustraba de una manera inimaginable. Comenzó a llamar a su representante.

—Hola Peter —saludó. No esperó a que éste le respondiera—. No tengo tiempo para hablar con mi asistente, tú me entiendes mejor, pero puedes decirle que necesito un vuelo para hoy en la madrugada hacía Nueva York. Que me recojan en el aeropuerto y me lleven a la casa de Manhattan. Después, para mañana mismo en la noche necesito otro viaje a París, sólo estaré ahí un par de horas e inmediatamente me regreso a Nueva York. ¿Estoy siendo clara?

—Claro, seguro. Pero, ¿para qué quieres viajar a París? —cuestionó—. Por favor no me digas que es a lo que imagino.

—Haré unas cosas que quizá no te van a gustar. Seré una carnada fácil para la prensa, así que necesito que nadie me vea.

—Allina...

—Hasta mañana Peter.

Guardó su móvil en su bolsillo trasero y pensó en una buena excusa. Se apresuró a entrar a casa de nuevo para continuar con la tranquila cena. Una vez que entró, todos la miraron desconcertados. Allina por otro lado, evadió las miradas y comenzó a comer.

promises  ━ sebastian stanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora