Ya ha olvidado la última vez que estuvo así de inquieto, aunque algo en su interior le recuerda que esa corresponde a su primera experiencia. Y a pesar de no darlo a conocer, sus nervios están en un punto álgido, devorándolo de manera interna a tal punto que comienza a dudar seriamente sobre sus futuras acciones.
Maji Burger fue el lugar que seleccionó como escenario para tan culminante momento. Le propuso a la chica acudir al local como cualquier otro día luego de finalizar el entrenamiento y ella aceptó de un modo inmediato en compañía de su representativa sonrisa cordial, sin dimensionar el verdadero propósito del chico de cabellos celestes.
Ambos están instalados en una misma mesa, sentados uno frente al otro.
Para adquirir algo de calma, Kuroko bebe un poco de la malteada de vainilla que ha comprado y ella, pensando en lo extraño que ha estado el jugador número once desde el comienzo de la jornada, da un sorbo a la soda de cola entre sus manos. Eso mientras los dos estudiantes en cuestión se esfuerzan por ignorar a todos los miembros del club que están a pocos metros de distancia, ocupando el peor escondite de todos y jurando de antemano que Tetsuya y su fémina acompañante no han advertido sus presencias.
—Sasaki-san —habla entonces Kuroko con su tonalidad de siempre, viendo directamente a esos orbes oceánicos que tanto le gustan.
Ella frunce el ceño de forma ligera.
—Uno, dos, tres, cuatro. —Cuenta la joven con ayuda de sus dedos en un hablar suave, enseñándoselos de frente poco después—. Ya nos conocemos desde hace cuatro años, Tetsu. ¿Cuándo vas a llamarme por mi nombre?
—Sasaki-san —insiste la sombra, por lo que la chica lidia con su dulce obstinación mediante un leve suspiro, sin contar con una alternativa distinta.
No puede llamarla por su nombre. Es incapaz de hacerlo. Cree que si se dirige a ella con el nombre de «Hina», su corazón detonará con una potencia descomunal.
—Quiero... decirle algo importante —prosigue él, deslizando su vista hasta dar con la mano de la adolescente, la cual descansa sobre la base de la mesa. Le resulta inminente preguntarse si podrá alguna vez tomar esa mano grácil entre la suya, si podrá conocer su calidez y sentir su suavidad.
Un gesto de preocupación no tarda en tomar forma en el rostro de Sasaki Hina.
—¿Qué pasa? —pregunta—. ¿Ocurre algo?
Kuroko puede sentir todas las buenas vibras que le envían todos aquellos que están espiándolos a unos cuantos metros más allá.
Los miembros del club son conscientes de lo unidos que son Sasaki y Kuroko, la mánager y el jugador número once de Seirin. No obstante, existe cierta controversia al respecto, por lo que ya han dejado clara sus apuestas.
Todos han apostado a que la rubia sí corresponderá los sentimientos de Kuroko. Todos, a excepción de Hyuga, quien tendrá que pagar en hamburguesas si es que su ideal fracasa. Y solo con Kagami, acabará en bancarrota.
—Hay algo que desde hace mucho tiempo he querido decirle, Sasaki-san...
—Tetsu, dilo ya. Me estás asustan...
—Me gusta, Sasaki-san —articula por sobre las palabras de la chica que ama, liberando en segundos lo que ha retenido por años—. Estoy enamorado de usted.
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FLEETING │ Kuroko no Basket
Fanfic"Precario/ria: significa algo de poca estabilidad o duración, algo fugaz." No puedo definir mi amor por ti con esa palabra. No puedo; pero sí puedo utilizar tu nombre y ése término en una misma frase. ━ FLEETING │ Kuroko no Basket. Historia Concursa...