Capítulo 13. │ EASY

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Trémulo, devastado y dolido, intenta recordar cómo ingresar oxígeno a sus pulmones y cómo detener el estremecimiento en sus manos dominadas por el temor y no por un frío de por sí inexistente.

Busca por sus propios medios alguna razón que justifique el engaño al que ella lo ha sometido. Todo se nubla: su visión, su mente, su corazón.

¿Por qué no pudo mover sus pies hacia adelante? ¿Por qué retrocedió? ¿Por qué... tantas mentiras?

«¿Por qué, Sasaki-san...?»

Su mano derecha continúa estrujando con fuerza las ropas en la zona de su pecho, sintiendo cómo todo el amor que sentía hacia la rubia, se traduce en lágrimas colmadas de un sufrimiento insoportable.

Oír sus sollozos ahogados, destrozan su propia alma.

Se rinde ante el dolor ocultando su rostro entre las rodillas, solo y empapado en medio de su habitación, sentado en el suelo con su espalda contra uno de los costados de su cama.

Agradece el que su familia no lo hubiera evidenciado al momento de llegar hace poco más de media hora, mismo lapso de tiempo en el que ha permanecido inmóvil y preso del silencio producto de su tristeza.

—Sasaki-san... —murmura con dificultad el patronímico de la chica que despedazó lo más hermoso que había experimentado.

—Tetsu. —Escucha la serena y dulce voz de Hina, seguida de unos suaves golpes contra la puerta de su cuarto.

Sus párpados se abren hasta el límite al caer en cuenta que su dolor no está jugando en su contra como para generar ilusiones. Esa voz es real, el ruido de ella tocando la puerta es auténtico, su presencia está a tres metros de distancia, puede sentirla.

Eleva su mirada húmeda y perpleja, divisando la puerta de su habitación abrirse para poco después, revelar a la joven que siempre lo elevó hasta el cielo, pero que hace menos de sesenta minutos, lo ha sumido en el más oscuro de los abismos.

Su órgano vital vuelve a detenerse por milésima vez en la jornada.

La mirada de Hina se oscurece un par de tonos –no tanto como la de su novio en esos instantes– y demostrando tanta preocupación como asombro, se dirige rápidamente hacia Kuroko al ver su estado.

Ella se sienta en el suelo, frente a él. Coloca una de sus manos sobre la húmeda mejilla del joven y alarmada, pregunta:

—¿Qué sucedió? ¿Por qué estás llorando?

»Estás empapado...

Kuroko no sabe cómo reaccionar.

—Tetsu... —dice la rubia frente al mutismo del número once, limpiando las lágrimas del contrario con ayuda de sus pulgares—. Dime, ¿por qué estás así?

Tetsuya se desmorona al reiterar la imagen de Sasaki Hina besando al ex capitán del club de baloncesto en Teikō, Akashi Seijūrō.

No es fácil verla frente a él y no decaer. No es fácil sentir como si le estrujaran la laringe con cada recuerdo ameno que ahora ve como el más crudo de los engaños.

Acaba de ser destrozado cuando la chica lo abraza con fuerza, intentando hacerlo sentir mejor, sin saber que, en ese momento, aquello cae dentro de la categoría imposible.

No obstante, después de unos eternos segundos, aún tembloroso y derrumbado, el joven corresponde a la unión de la misma manera –aunque de forma gradual–, aferrándose a la rubia como nunca antes lo había hecho; ambos caen en cuenta de ello.

Un abrazo, es lo que él más necesita. No importa de quién. Lo necesita, con urgencia.

—Sasaki-san... —La llama en un acongojado murmullo apenas audible, quebrado, elevando su vista para encontrarse con la de ella luego de separarse.

Sasaki envuelve las mejillas del adolescente con sus manos y aproxima su rostro al de él, juntando sus labios.

"No lo sé, mucho menos me interesa, pero... supongo que el amor no es más que un sentimiento que eleva tu grado de idiotez."

Evoca las palabras de Aomine hace un par de años atrás, mientras charlaban sobre un tema sobre el cual mantenían distintos puntos de vista.

Nunca había compartido la interpretación del moreno, mucho menos llegó a comprenderla al cien por ciento.

Hasta ahora.

La amaba demasiado. Esa era la razón por la cual dolió tanto verla con otro chico. El mismo motivo... por el cual cierra sus párpados y corresponde al beso, cegado, buscando consuelo en los labios que lo habían traicionado, quizás, desde un comienzo.

—¿Qué es lo que siente por mí, Sasaki-san? —pregunta tras varios besos hambrientos de amor.

«Le creeré aunque sea mentira...»

Ella sonríe de forma ligera, juntando su frente contra la de su novio en un suave movimiento.

—Te amo, Tetsu —declara ante aquel inesperado cuestionamiento.

Y esa falsedad, para él, es mucho más que suficiente.

FLEETING │ Kuroko no BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora