Basada en la vida de Catalina de Valois y Enrique V de Inglaterra.
Año 1420, Francia:
En la era donde gobiernan los reyes y las reinas acompañan, donde los nobles son los únicos ciudadanos aparentes y el resto los "inhumanos", una gran atrac...
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-Catalina estás completamente loca- dijo mi dama mientras entrábamos al castillo por las puertas traseras
-¿Por qué? ¿Por querer tomar un respiro de toda esta celebración?- pregunté
-No, por haber escapado para intimar con un hombre de clase baja- dijo ella
-Por dios yo no estaba intimando con él, ¿cómo te atreves a insultarme?- pregunté enfadada, tomando su brazo para detenerla
-Lo...Lo lamento, no quise ofenderla, princesa- suspiró con arrepentimiento en sus ojos
-Está bien, Adelyn- le sonreí- pero no hagas suposiciones incoherentes- le pedí
-Yo sé, Catalina, ¿pero qué estabas haciendo con él entonces?- preguntó
Volvimos a caminar con lentitud por los anchos pasillos del castillo.
-Nada. Ni si quiera sé quién es- confesé- sólo estaba corriendo y choqué con él. Luego hablamos un poco, llegaste tú y eme aquí- señalé
-Entonces no hay nada entre ustedes- aclaró
-Pero por supuesto que no- fruncí el ceño- él es un plebeyo y yo de la nobleza, jamás podría pasar algo entre nosotros- dije
-Y si usted fuese plebeya, ¿estaría con él?- preguntó sonriendo
-Cla...claro que no. No lo conozco, apenas si sé su nombre- dije caminando más rápido dirigiéndome a la sala principal
-Pero hay que admitir que es un hombre muy guapo- dijo ella risueña
-No...no importa si es guapo, Adelyn- dije tratando de sonar severa- por favor mantén tu compostura- pedí, sintiendo molestia hacia su atracción por el desconocido
-De acuerdo Catalina, no volveré a hablar de él- sonrió
Antes de poder contestar, una voz chillona interrumpió nuestra charla y así me di cuenta de que habíamos llegado al salón principal del castillo.
-¡Catalina, por favor!- gritó mi madre, caminando rápidamente hacia mí- ¿pero qué ha ocurrido contigo niña? ¡Estás hecha un desastre!- dijo mirándome con desprecio y tomando mi vestido como si de ratas se tratara
-Lamento mi aspecto madre, pero salí a tomar un poco de aire- respondí
-¿Y tomar aire para ti significa revolcarse en la tierra?- preguntó ella
-Lo siento- bufé mirando hacia un lado
-No me faltes el respeto, Catalina - dijo apuntándome con su dedo índice- ahora ve rápido a cambiarte que los invitados llegarán en menos de una hora- dijo abanicándose con sus manos
-Ya voy- alargué la última palabra y giré sobre mis talones para dirigirme a mi habitación
-Adelyn, por favor ve a buscar a Kenna y a Nadine y vengan todas a mis aposentos- le indiqué
-Enseguida, señorita- dijo y se marchó en busca del resto de mis damas
Caminé decidida a mi habitación con un repentino sentimiento de enojo.
-Abran- ordené a los guardias cuando ya estaba cerca
Ellos asintieron y abrieron ambas puertas para dejarme pasar. Luego de cerrarla fui hacia mi tocador y me senté a mirarme al espejo sin razón alguna.
Apoyé mi mentón sobre mi mano y suspiré, pensando en la vida que tendré luego de la fiesta de hoy. En unas horas mi vida cambiará y no sé si estoy preparada.
