-3-

1.7K 122 4
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Estamos aquí- dijeron mis damas presentándose

-Bien, ayúdenme con el vestido por favor- suspiré parándome

-¿No te estaba ayudando la sirvienta?- preguntó Kenna, una pelirroja de bellos ojos claros

-Sí, pero no sé dónde se encuentra y además, quería verlas- les sonreí

-Aww, siempre tan amorosa, Catalina- sonrió Nadine quien con sus cabellos rubios conquistaba a cualquiera

-Bien pongámostelo- dijo Adelyn acercándose a la prenda y tomándola de los hombros- Oh, vaya- exclamó cuando lo vio entero

-Es precioso, Catalina- dijo Nadine con asombro en sus ojos

-Lo es. Lástima que tenga que usarlo para un evento tan aburrido- suspiré acercándome a Adelyn y al vestido

-¿Por qué dices eso?- preguntó Kenna- están haciendo esta fiesta por ti- dijo ella

-No es por mí- suspiré tomando el vestido de las manos de mi amiga y acercándome a un espejo de cuerpo entero- es para el reino- aclaré poniendo el vestido frente a mí como si estuviese usándolo

La preciosa tela color negro decorada con detalles en dorado hizo poco por mejorar mi ánimo.

-No estés tan trise- dijo Kenna- por lo menos eres la protagonista- sonrió animándome

La miré por el espejo y asentí mirando hacia abajo.

-Ese vestido es precioso, pero en ti se verá mucho mejor- dijo Nadine

-De acuerdo, vengan, ayúdenme- les dije y ellas se acercaron a mí para comenzar a ponerme el vestido

Una vez puesto me dirigí a mi tocador y esperé a que mis damas me maquillaran y peinaran, creando una corona de trenzas alrededor de mi cabeza, y por supuesto, terminarlo con mi corona real.

-Bien, estás lista. Y más vale que te apures si no quieres que la reina se enfade más de lo que ya está- rieron mis damas

-Sí, ya es hora de salir- acepté y me coloqué en frente de ellas para salir

Los guardias abrieron las puertas de mi alcoba y nos escoltaron hasta el salón principal donde ya se escuchaba música y charla.

Entramos al salón y todos los ojos se centraron en mí. Yo sonreía amablemente a todo el que me saludaba mientras hacía mi camino hacia mis padres, Carlos VI de Francia e Isabel de Baviera.

-Madre, padre- les hice una reverencia

-Hasta que al fin te dignas en aparecer, ¿tanto tiempo te lleva ponerte un vestido?- preguntó mi madre tratando de sonar cálida, pero fallando terriblemente

-Déjala, mujer- intervino mi padre- la niña ya tiene demasiada presión encima como para que la alborotes más- me sonrió mi padre y le devolví la sonrisa

Mi padre parecía ser el único que me entendía en este castillo. Muchos fuera de las paredes reales creían que mi padre era frío y quien me contenía era mi madre, pero la realidad era lo contrario.

-Patrañas- exclamó la reina- ven querida, acompáñame- mi madre se levantó de su trono y acomodando su vestido me tendió su brazo para guiarme

Me llevó a una esquina del salón donde todo estaba a la vista.

-En pocos minutos llegará tu prometido- dijo ella mirando alrededor

-Eso ya lo sé, ¿por qué me lo repites?- pregunté bruscamente

Ella dejó de mirar hacia el salón y giró su cabeza hacia mí, con enfado emanando de sus ojos.

-Porque yo sé que detestas este arreglo, pero pronto serás una reina y gobernarás junto a tu esposo, así que espero que lo recibas con agrado- explicó- después de todo, es la primera vez viéndose y él no ha viajado desde Inglaterra por nada- rió secamente

-No es la primera vez que lo veo- bufé cruzándome de brazos y también echando un vistazo a la multitud en el salón

-La última vez que lo viste tenías seis años- recordó- no creo que te acuerdes mucho de él- dijo

-En realidad...lo recuerdo bastante- le mencioné- digo, después de todo, se supone que recuerde el día en el que mi vida terminó- sonreí sarcásticamente

-No seas caprichosa- me regañó- no fue el fin de tu vida, sólo te comprometiste con el futuro rey de Inglaterra- aclaró- deberías estar feliz de casarte con un hombre de honor como lo es él- dijo mi madre sin poder creer mi actitud

-Simplemente me molesta no poder elegir con quién compartir el resto de mi vida- reproché- ¿Cómo es posible que la gente mienta sobre sus sentimientos hacia otra persona en plena casa de Dios?- dije negando

-Que no se te ocurra decir eso- se enojó aún más- no metas a Dios en esto. Sólo son acuerdos entre naciones, eso es todo- dijo

Quise decir algo más pero decidí cerrar la boca y rodar los ojos.

-¿Vas a comportarte entonces?- preguntó mi madre

Giré lentamente mi cabeza para mirarla y contesté.

-Yo podré no estar de acuerdo con este compromiso- comencé- pero soy una mujer de moral y respeto a mi nación, y sí considero que esto sea lo mejor para Francia- aclaré- así que me comportaré como una dama de su marido frente a él y el reino, pero eso no significa que sea feliz- dije yéndome de su lado en el momento en que terminé de hablar

Besos xo

RoyalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora