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UN MES DESPUÉS

-De acuerdo, quiero que me enseñes a cocinar- le pedí apoyando mis codos en la mesa y mi mentón en mis manos mientras lo veía frente a mí

La cocina estaba completamente vacía, el resto de los cocineros recogiendo verduras y frutas.

-No creo que sea buena idea- río él mientras espolvoreaba la mesa con harina

-Vamos, Sebastián. No incendiaré la cocina- me burlé

Rió y observó mis ojos con cautela cuando apoyó sus manos a cada lado de su cuerpo sobre la mesa. Su cuerpo se inclinó más hacia adelante causando que se acercara más al mío y le devolví la sonrisa cuando la punta de sus labios se levantaron.

-Está bien, pero empecemos por algo fácil- propuso tomando un trapo cerca de él y limpiando sus manos de la harina

-Me parece perfecto- sonreí juntando mis manos e incorporándome

Comenzó a moverse alrededor de la cocina tomando recipientes e ingredientes y colocándolos sobre la mesa.

-Haremos pan- dijo volviendo a su posición anterior y mirándome esperando mi respuesta

-¿Pan?- me desilusioné- eso es muy fácil- fruncí las cejas

-¿A sí?- levantó una ceja- ¿cómo se prepara, entonces?- cruzó sus brazos

Abrí la boca para explicarle, pero me di cuenta de que no tenía ni idea de cómo hacerlo.

-...No lo sé- bajé la mirada

-Eso creí- sonrió de lado y yo rodé los ojos- bueno tome la harina y ponga una taza en el recipiente- indicó y así lo hice- ahora vaya a buscar agua y ponga una taza también, pero de a poco- advirtió

Me dirigí a un jarrón con agua y llené la taza. Volví esta vez quedando a su lado y de apoco puse el agua en la mezcla.

-Bata mientras lo hace- dijo entregándome una cuchara

Mientras ponía el agua con una mano, batía con la otra.

-Muy bien, princesa- dijo apoyando un codo en la mesa y sonriéndome

Bajé mi vista para verlo y le dediqué una sonrisa tímida. Sé que me dijo princesa porque es lo que soy, pero deseé que lo hubiese dicho de forma afectiva.

Luego de batir, Sebastián tomó la masa con sus manos y la puso sobre la harina espolvoreada en la mesa.

-Venga- tomó mi mano con delicadeza y me posicionó frente suyo.

Sé que no lo hizo con ninguna otra intención más que enseñarme, pero mi cuerpo no pudo evitar reaccionar a su cercanía. Sus manos tomaron las mías y las hundió en la masa junto con las suyas.

-Ahora con suavidad mueva sus manos- dijo cerca de mi oído, enviando más que escalofríos por mi espalda

Su cuerpo tuvo que acercarse más al mío para poder amasar, al igual que inclinarse. La totalidad de su pecho quedó en contacto con mi espalda, sus brazos alrededor de mi cintura me abrazaban ligeramente para llegar a mis manos y moverlas con las suyas, sus dedos encontraron los huecos entre los míos entrelazándolos, su cabeza se suspendía sobre mi hombro para poder ver mejor y su respiración cálida erizaba el vello en mi cuello.

Este hombre quería que me desmayara, estaba segura.

Como pude hice lo que pidió y pronto, demasiado pronto, sus manos y su cuerpo se despegaron de mí, para dejarme hacer la tarea sola.

Pude volver a respirar, pero quería que volviera a pegarse a mí.

-Excelente, ya puede ser toda una cocinera- rió detrás de mí

Dejé de amasar y giré mi cuerpo para encontrármelo cerca; demasiado cerca. Él también se percató de la cercanía y se alejó en seguida, mirando hacia abajo avergonzado de la cercanía que tenía con la princesa.

-Lo lamento- dijo apenado cruzando sus manos en su espalda

-N...No...está bien- murmuré

Su vista volvió a mis ojos y tuve que sostenerme de la mesa para no caer. Esa mirada llena de dulzura con una pizca de lujuria fue suficiente para hacer a mis piernas flaquear. Contrario a sus palabras, no había una gota de arrepentimiento en sus ojos.

-¡Sebastián ven a ayudarme!- gritaron causando un salto en ambos

-Te...tengo que irme- dijo y sin mirar mis ojos, se retiró dejándome allí y sin aliento

Besos xo

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