Dream 《YoonSeok》

Once

Bebé, llévame contigo. No se que haría si te vas.

Elliot Moss - Without the lights

Yoongi ayudaba a su madre a poner la mesa mientras ella preparaba la cena, sopa de kimchi, arroz y los rollos de kimbap que tanto le gustaban. Cuando todo estuvo listo, Yoongi subió hasta su habitación para llamar a Hoseok. Se acercó a él y tocó su hombro.

-Hoseok, es hora de cenar

El castaño abrió los ojos lentamente mientras se estiraba, sonrió al ver a Yoongi y se levantó de la cama. Los platos con comida estaban colocados cuidadosamente sobre la mesa.

-¿Dónde se conocieron?- preguntó la señora Min

Ambos chicos se miraron y soltaron una risa.

En sueños

-Fue en un campo, cerca de un bosque- respondió Hoseok

-Para un viaje escolar, nuestras escuelas se encontraron en el viaje- intervino Yoongi

La madre de Yoongi sonrió y no hizo más preguntas, dejando que los chicos disfrutaran la comida. Yoongi recogió los platos mientras Hoseok se encargó de ayudar a la señora Min a lavarlos, no quería parecer un intruso.

-No eres del vecindario, ¿cierto?

Hoseok negó y sonrió -Vivo unos bloques más lejos, al sur de acá.

-Tampoco eres de Seúl

Hoseok volvió a negar mientras terminaba de secar un plato- Soy de Gwanju, mi padre y yo nos mudamos hace diez años luego de la muerte de mamá.

-Lo siento mucho- dijo la señora Min terminando de lavar el último plato -Lo siento por hacer tantas preguntas, es sólo que Yoongi no había traído nadie a la casa a parte de su mejor amigo. Me alegra que te haya encontrado.

Hoseok asintió y terminó de secar el último plato. La hora de dormir había llegado, Yoongi improvisó una cama en el piso para poder dormir. Al principio Hoseok se había negado rotundamente a dormir en la cama del pelinegro pero luego de tanto insistir terminó aceptando. Era cómoda, a diferencia de su cama, esta tenía un olor a vainilla.

Se encontraba en el bosque, sintió unos brazos rodear su cintura mientras alguien posaba su cabeza en su hombro. La persona tras él olía a vainilla y eso le gustaba.

-Hueles a vainilla, como tu cama- dijo Hoseok sonriendo mientras tomaba las manos de Yoongi con las suyas sin soltar el abrazo.

-Me contarás que sucede con tu padre exactamente- preguntó Yoongi depositando un beso gentil en el cuello del otro.

Hoseok asintió mientras caminaba con Yoongi aferrado a él.

-Empezó luego de la muerte de mamá hace diez años, dijo que había sido mi culpa y tal vez tenga razón. Estaba jugando con una pelota en la calle de mi antiguo vecindario, mamá venía de hacer las compras, la pelota rebotó lejos de mí y corrí sin ver el carro que venía hacía mi. Lo último que recuerdo es el grito de mamá y unos manos empujándome hasta estar seguro. Después de eso nunca volví a ver a mamá.

Yoongi trató de soltarse para poder ver el rostro de Hoseok pero este reforzó su agarre impidiendo que Yoongi le soltara.

-Luego de eso nos mudamos a Seúl, al principio papá era bueno conmigo, uego que el dinero de la asegura de mamá acabó, empezó con gritos culpándome de todo lo que estaba pasando. Al cumplir 15 los gritos se volvieron en golpes y los golpes en patadas. Creo que disfruta hacerme daño. - Hoseok sonrió irónico- Es la segunda vez que trata de venderme.

El castaño suspiró y el agarre en las manos de Yoongi se hizo débil. El pelinegro caminó junto a Hoseok quien mantenía la mirada al frente, sin emociones. 

-Empecé a trabajar con Jin, el me ayuda algunas veces cuando huyo de casa, pero ahora creo que no tengo casa ni lugar donde ir - Hoseok miró a Yoongi y sonrió - No puedo quedarme en tu casa toda la vida, necesito volver.

Yoongi abrazó a Hoseok sin decir una palabra, sabía que si le pedía quedarse no lo haría y el castaño tenía razón, no pertenecía donde Yoongi, tenía que regresar a su escuela y a su trabajo por más que a Yoongi le doliera.

-Promete que al despertar recordarás esto- dijo Yoongi mientras se acercaba a Hoseok para presionar los labios sobre los suyos.

No era un beso tierno como los anteriores, era desesperado, lleno de emociones. Ambos tenían miedo de dejarse ir. El beso se incrementó, necesitaban sentirse más cerca, el beso se convirtió en caricias. Al final se habían convertido en uno sólo. Pero todos los sueños llegan a su fin sólo que ellos aún no lo sabían.