Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)

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De ante mano ya se habrán dado cuenta que desde hace varios capítulos todo es ficticio, por desgracia. Jaja. Pero bueno, ahora ya va a comenzar el drama(?. Así que no olviden votar y comentar. <3

(...)

Siempre solía ser de esas pocas chicas que tardaban menos de veinte minutos al arreglarme, pero en esta ocasión yo no sabía qué hacer con mi cabello ni con el poco maquillaje que tenía. Quería verme perfecta para Demian y los demás. El vestido me quedaba de maravilla al igual que las zapatillas, pero mi cara y cabello eran un desastre.

Me tragué la vergüenza y salí en busca de Eros para que me ayudara.

Lo encontré en la cocina con el cabello húmedo, ligeramente peinado hacia atrás, y ya estaba vestido con un pantalón negro de lino y una camiseta básica sin mangas. Tenía el ceño fruncido y expresión pensativa.

-Mi cabello es un amasijo de enredaderas—me quejé—y no tengo maquillaje.

Él volteó a verme rápidamente y luego de su escrutinio de arriba abajo, esbozó una sonrisa conciliadora.

-Debiste habérmelo dicho, luego te compraré lo que necesites—me dijo y se tamborileó los dedos en su barbilla—en el estudio tengo el maquillaje intacto de Annie, úsalo. Luego ve a buscarme a mi habitación para que veamos qué hacer con tu cabello.

- ¿El maquillaje de tu prometida? –tragué saliva—yo no...

-Oye, ella ya no está aquí y, por consiguiente, ya no lo necesitará más—me tranquilizó—ahora corre y maquíllate. ¿O quieres que te ayude a hacerlo? –bromeó.

-Eh...

Balbucee como toda una tonta y él me dio un empujoncito al estudio.

Entré con sigilo y opté por darme prisa. Busqué en todos los cajones del escritorio de cristal y en las estanterías; hasta que por fin di en el blanco: El maquillaje y otras de sus pertenencias de Annie estaban guardadas en un baúl negro en una esquina de la estancia.

Rápidamente saqué lo indispensable y eché a correr a la habitación para ayudar un poco en mi apariencia desgarbada.

Absolutamente todo el maquillaje era de la marca "MAC" y me estremecí. Yo no era digna para ponerme esos cosméticos en la cara, pero si me negaba, Eros se pondría molesto y yo lo que menos quería era decepcionarlo más con mis arrebatos de niña boba.

Al cabo de un rato, fui a buscarlo a su habitación, pero en el pasillo me crucé con la mirada café de Demian saliendo de la suya y este, incapaz de ocultar su sorpresa, me escaneó de arriba abajo con descaro. Él no se había cambiado todavía, pero se acababa de duchar.

Ruborizada, le regalé una sonrisita y me abrí paso a la recamara de Eros, la cual estaba abierta.

-Hice mi mayor esfuerzo—le informé. Eros dejó de abotonarse la camisa color vino, que le quedaba estupenda y me miró. Asintió mientras sonreía.

-Te ves radiante—me aduló y escuché un gruñido detrás de mi oreja—solamente estoy dándole un cumplido a tu novia, chico. Ella quiere verse muy bella para ti esta noche, así que deberías alistarte también.

- ¿Quiere verse bella para mí o para Clark Ravel? –ladró, enfadado y nos dejó solos.

Eros puso los ojos en blanco y me animó a sentarme en su gigantesca cama cubierta por un edredón negro.

Su habitación era inmensa, pero carecía de objetos personales. Sin embargo, olía a él.

Arrugué la nariz ante su masculino perfume que produjo algún tipo de comezón y ardor en mis fosas nasales.