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Noviembre iba a pasar volando en un santiamén, de eso no tenía duda.
Se acercaba el final del semestre y la obra de teatro también se avecinaba.
Y mi corazón parecía estar dividido en tres pedazos: mi historia, Demian y Clark Ravel.
No podía pensar solamente en una de las partes de mi corazón porque las otras dos salían a relucir y Demian estaba al tanto de ello.
Teníamos dos meses de haber comenzado a salir y ya había empezado a tener indicios de celos carentes de sentido.
La excusa que me daba era la misma: 《Siempre estás al pendiente de tu teléfono y no me haces caso.》

Y lo le respondía "Clark puede subir alguna fotografía nueva"
Y él replicaba con sensatez "Está de campamento y debe estar  divirtiéndose demasiado como para tocar su móvil en sus vacaciones"

Demian tenía razón.
Clark estaba disfrutando de sus vacaciones pero yo ansiaba saber noticias suyas. Todo un mes había pasado y sus redes sociales continuaban desiertas.

Y con respecto a mi historia, avancé mucho y rápidamente se volvió muy popular en todo el género de Misterio/Suspenso de Wattpad.

Pretendía no escuchar a Demian mientras escribía en mis notas, cuando sentí su agarre justo en la cintura. Había decidido no mirarlo pero fue inútil.
Lograba seducirme con su fabulosa sonrisa y sus ojos ridículamente risueños.
-Estoy ocupada-murmuré, reanudando mi escritura.

Él chasqueó la lengua y después de un segundo de silencio, me agarró desprevenidamente de la espalda y luego me cargó en sus brazos, haciéndome gritar.
-¡Bájame!-patalee, riendome-vas a tirarme.
-No. A menos que envíes a segundo plano tu teléfono y me prestes atención-gruñó, divertido.
-Nos observan-sisé, mirando al par de compañeras del salón que nos enviaban miradas desdeñosas.
Demian se encogió de hombros y se negó a bajarme.
-¿Por qué en vez de fijarte en ellas, te fijas en mí? Estoy volviendome loco por tu atención.

Le golpee el pecho juguetonamente y lo miré a los ojos. Tragué saliva, llenadome de autocontrol, puesto que no podía resistir mirarlo por más de diez segundos sin ponerme roja y nerviosa.
-Si me bajas, prometo darte un beso-lo desafié. Él enarcó las cejas con desdén. Sabía que no podía fiarse de mis palabras.
-Nunca cumples tus promesas-inquirió, decepcionado-pero esta vez no me quedaré con las ganas.

Con toda la intención de besarme, Demian se quedó congelado a escasos milímetros de mis labios al presenciar a una tercera persona junto a nosotros. Quise reírme por su cara ruborizada, pero me mantuve serena al momento de bajarme.
Era la profesora Anne, que nos miraba a través de sus lentes de aumento con incertidumbre.
-¿Están practicando la obra?-preguntó-porque de ser lo contrario, ya deben estar al tanto que está prohibido hacerse muestras de cariño subidas de tono por los pasillos.
-De hecho, sí. Estamos ensayando-afirmé-la escena del beso tiene que ser estupenda.

Era la tercera vez que mentía a los profesores y ya no me sentía tan mal.
La extraña sensación al hacerlo ya no estaba, y en su lugar albergaba un cosquilleo descabellado.
-Ensayen a la hora de ensayo, no en los pasillos-nos reprendió y continuó su ronda por el pasillo, mirando a todos lados y en busca de alguna otra parejita para molestarlos.
-A veces me desespera-dijo Demian-es tan irritable.
-Solía ser tu mentora en primer semestre. Tomabas clases extra con ella en teatro, ¿lo olvidas?
-Eso es del pasado-dijo, haciendo una mueca-ahora la detesto.

Caminamos de regreso al salón tomados de la mano y nos quedamos en el balcón, mirando a alguna parte interesante.
Y como mi cabeza estaba centrada en Clark, apenas percibí la voz de Demian hablandome.
-Perdona, ¿decías algo?
-Sí.-carraspeó, molesto-te estaba preguntando acerca de Navidad. Es decir, lo que sueles hacer en esas fechas, pero estás demasiado absorta como para hacerme caso, ¿no?-espetó.
-Oh-dije, avergonzada-lo lamento.
-¿Estabas pensando nuevamente en ese modelo, verdad?-inquirió, forzandose a sonreír.
-La verdad es que no-mentí, mirando a propósito a la profesora Anne que se paseaba en el primer piso como un Halcón-estaba pensando que...
-No tienes que mentirme. No a mí-repuso él-sé perfectamente cuando mientes. Evades mi mirada y rápidamente piensas una excusa.
-Tenemos que hablar acerca de ese asunto-sisé y coloqué ambas manos en su brazo.
-¿De qué habríamos de hablar?-señaló con suficiencia. Estaba molesto.
-De mi gusto por Clark y tú.

Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora