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Sabía que la mejor opción era colgar y seguir vistiendome para el año nuevo, pero como siempre había sido torpe e idiota, dije lo primero que se me ocurrió en ese momento de shock.
-¿Qué demonios...?

Él volvió a reír y tragué saliva, perpleja.
-¿Tu habitación da a la calle, verdad?

Miré hacia la ventana y asentí, pero tardíamente me di cuenta que él estaba por teléfono y no podía verme.
-Sí, ¿por qué?
-Asomate a la ventana-ordenó.
-¿Para qué?-murmuré, temblando.
-Sólo hazlo-interpuso con calma.
-De acuerdo.

Generó un poco de terror en mí obedecerlo. Pero lo hice. Me acerqué con pasos cautelosos a la ventana, aparté la cortina y busqué algo con la mirada.
-Ya estoy mirando, ¿Qué quieres que vea...?

Mis palabras se quedaron suspendidas en el aire cuando lo vi.
Vi a Clark Ravel en medio de la calle llena de nieve cerca de su Jeep oscuro. Tenía la mano pegada a su oreja donde, posiblemente, sostenía su teléfono.
-Asumo que ya me has visto-su voz surgió desde la bocina del mío.
-¿Qué haces aquí, Clark?-dije en un hilo de voz-prometiste a Demian dejarme en paz.
-No estoy rompiendo esa promesa-me explicó-simplemente quiero hablar contigo en persona, pero como sé que no querrás salir porque Demian irá tras de ti, voy a subir a tu habitación. Solo dame unos minutos.
-¡No! ¡Espera...!

Colgó y quedé boquiabierta viéndolo acercarse con una enorme sonrisa.
Di breves saltitos sobre mi eje sin saber qué hacer. ¿Por qué me estaba pasando esto a mí?
El chico que siempre soñé conocer y que trataba de hacerme notar en sus redes sociales ahora me acosaba y quizá no fuese tan malo si yo no estuviera enamorada de Demian, mi novio.
Los papeles y mi vida ordinaria se habían invertido y no estaba segura si eso quería a partir de ahora.

No obstante, dejé de prestar atención a lo que verdaderamente estaba ocurriendo que no me percaté de que Clark Ravel se hallaba estampado a la ventana de mi habitación, esperando a que le abriera el cristal.
Pegué un salto y retrocedí unos pasos con el teléfono aferrado a mi pecho.
-Abre-me pidió, aunque no pude escucharlo, pero leí sus labios.

Sacudí la cabeza, incapaz de poder pensar bien.
No podía dejarlo entrar pero tampoco era buena idea dejarlo ahí afuera hasta que cayera o se congelase; o ambas cosas.
Una escalofrío helado recorrió mi cuerpo hasta alojarse en mi columna.
Me iba a arrepentir por la decisión que acababa de tomar.

Alargué el brazo hacia el cristal e hice presión hacia arriba hasta que este cedió, dándole paso a Clark Ravel a colarse al dormitorio.
Y sí, él estaba vestido tal y como me lo había descrito hacia unos minutos.
Traté de mantener una distancia apropiada y desviar la mirada de la suya para no ponerme histérica.
-¿Qué es lo que querías decirme? Hazlo ya porque no puedo tardarme mucho en la habitación. Mi novio puede venir en cualquier momento; o peor aún, alguien de mi familia-lo amanecé.
-¿Tu familia está aquí?-se sorprendió, mirándome fijamente.
-Sí.
-¡Excelente! Me encantaría conocerla-arribó, encaminandose a la puerta.

Corrí a interceptarlo del brazo con brusquedad.
-¿A dónde crees que vas?-sisé, mirándolo a los ojos-dime lo que tienes que decirme y marchate.
-Okey, okey-rodó los ojos, sulfurado y se pasó una mano por su pulcro cabello color chocolate-necesito tu ayuda. No aguanto más a Joanna, ella...-se frotó la barbilla con incertidumbre y en su mirada percibí desesperación-ella está loca de remate-sentenció con elocuencia-y me está enloqueciendo a mí también.
-¿A qué te refieres?-arrugué el entrecejo.
-¿Puedo sentarme?-preguntó, señalando la cama con la barbilla. Asentí y se sentó con elegancia sin despegar su mirada de la mía-gracias. Eh, me refiero a que ella, a pesar de que la mandé mucho a la...
-Clark...
-Okey. A pesar de que rompimos, ella continúa acechandome por todos lados; no deja de mandarme mensajes y de llamarme. Incluso hace un rato fue a mi casa a verme en un estado deprimente y lúgubre-relató con la vista perdida en alguna parte detrás de mi cabeza.
-¿Y cómo podría ayudarte yo, si apenas puedo con mis propios problemas?

Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora